Es lamentable ver que ahora salen muy sueltos de cuerpo algunos legisladores a decir que ofrecen bajarse las dietas, como consejo deberíamos decirles que manejen mejor los tiempos y no ser tan evidentes, porque rara coincidencia, lo salieron a expresar una hora después de que se realizaron los “cacelorazos”.

Parecen no entender que el ciudadano común ya está cansado de ver en las redes sociales que publican actividades que no le importan a nadie, la gente está muy preocupada por lo que pasará con esta pesadilla del coronavirus como para interiorizarse qué actividades hace un legislador, que por estos días es fácil deducir que no hacen nada por estar el poder legislativo inexplicablemente cerrado.

En estos días no se ha escuchado ni una sola propuesta de ninguno de los diputados ni senadores ya sean opositores u oficialistas con respecto de medidas que tendría que tomar el gobierno con respecto a esta pandemia que nos tiene aislados, solo han pedido informes al poder ejecutivo para que diga que hace con el dinero público, deberían entender que estamos en una guerra y que si quieren informes vuelvan a trabajar, más allá de discutir de quien fue el autor de cerrar la legislatura. Parece una obviedad decir que existe la independencia de poderes, pero para la mayoría al ver cómo actúan no está mal recordárselos. Hoy la tecnología permite sesionar a distancia o también pueden seguir el ejemplo del Poder Ejecutivo provincial.

Un columnista de nuestro diario en una nota  (https://www.elpucara.com/2020/03/los-grandes-desafios-de-la-cuarentena/) expresaba de que esperaba que estén a la altura de los acontecimientos, no tenía muchas esperanzas pero les daba una mínima chance a que hagan lo que tienen que hacer, hasta ahora nos siguen defraudando.

Cambien de una buena vez, señores legisladores, en estos tiempos urge de que tengan otra actitud, que trabajen en serio por el bien común y no para posicionarse mejor en las próximas elecciones. Cambien de una vez por todas, sobre todo los de “Cambiemos” que no le están haciendo honor a su fuerza política.

Olvídense por un tiempo de la “rosca” y cumplan acabadamente su tarea para la que fueron elegidos, usen esta oportunidad para que la “gente” se amigue con la política. Si siguen por la senda que han elegido, no se asusten cuando en unos días los “cacelorazos” se escuchen más fuerte.

La sociedad civil, la que trabaja en serio, la que paga la fiesta, ya empezó a mostrar expresiones serias de hartazgo, ya empezó a hacer ruido, es difícil saber si todavía están a tiempo de cambiar, porque hay algo que resulta indubitable en ésta crisis de la crisis, si es que todavía no lo advierten: la fiesta se acabó y esta vez es para siempre.