Estando en cuarentena me puse a pensar. Ahora sí que tengo tiempo, ¿qué será de la política? En los últimos tiempos hemos visto escenas bochornosas que hacen que la gente se aleje cada vez más de la política. Estamos viviendo tiempos impensados, nadie imaginó estar en una cuarentena que incluye a todo el mundo por un virus que acecha a la humanidad y que pone en tela de juicio como nos hemos organizado como sociedad.

Hemos tenido múltiples avances en todos los campos de la ciencia, pero pocos en combatir ciertos bacilos que hoy ponen en jaque al mundo entero, incluido los países más desarrollados.

Los gobernantes piden todo el tiempo por todos los medios que la gente evite salir de sus casas, que solamente lo haga por razones muy necesarias y vemos que hay muchos que no entienden o no creen? Es tal el descrédito de la “clase política” que es bueno preguntarse si es irresponsabilidad o descreen de los anuncios que se hacen.

Otra pregunta que me hago es si esta vez estarán a la altura de las circunstancias en un momento muy crítico. De movida diría que no, pero tengo una mínima esperanza de que en momentos extremadamente complicados o limites afloren cualidades que en los dirigentes políticos dábamos por perdidas: la solidaridad, la inteligencia, el sentido común, el altruismo.

De niño mi papá me enseño que cuanto mas inteligente una persona más buena era. La inteligencia es contraria a toda mezquindad humana. Para todas las religiones su “Dios” es la síntesis de bondad y sabiduría. No es fácil ser justos. La Justicia esta ligada a la igualdad.

Desgraciadamente lo que vemos en los últimos tiempos es mucha “rosca política” y muy pocos resultados ya que los “principios” los han guardado en el cajón y lo que se “usa” o esta de “moda” es la trampa, el acomodo, etc.

Vienen tiempos difíciles en donde habrá que resolver sobre la marcha, será de mucho trabajo para la clase dirigente. La recesión que quedará después que se domine al coronavirus será mayor a la que dejó la segunda guerra mundial según palabras de la líder mundial más respetada y querida, Angela Merkel. Se deberán tomar decisiones en materias económicas acertadas y valientes.

Es muy probable que la economía mundial, tal como la conocemos hasta ahora cambie para siempre. Este nuevo ordenamiento traerá muchos problemas y el virus que hoy ataca a la humanidad sin distinción de condición ni raza, puede ser solo el comienzo de un periodo sombrío de la humanidad o de una oportunidad de crear un nuevo orden mundial, donde el otro sea el gran protagonista.

Está en los que gobiernan la gran responsabilidad de campear este momento. Tengo mis serias dudas, pero espero que me sorprendan. El virus, la coyuntura, la convivencia social, el salto a lo desconocido y otras vicisitudes inesperadas que nos presenta la realidad en ésta parte del todavía joven siglo XXI, lo vivimos como una gran crisis.

Paradójicamente en el idioma chino, crisis se escribe con dos símbolos, el primero significa peligro y el segundo, es oportunidad de cambio. Sólo resta esperar que entre todos, gobernantes y gobernados, estemos a la altura de las circunstancias y no defraudemos a quienes nos sucederán en las generaciones futuras. En parte son los grandes desafíos que la cuarentena nos permite reflexionar.

¡Dios bendiga a la Argentina!

(*) Un catamarqueño de ley