Hoy es día sábado 22 de Mayo de 2021 como reza la fecha de la presente nota. Resulta sumamente triste, penoso ver nuestra Ciudad Capital, en una fecha que ya es histórica y la conocemos desde nuestra escuela primaria, en un estado de soledad tan conmovedora que realmente se siente con profundo dolor y raras sensaciones indefinibles.
Salí al balcón que tantas veces nos permitió tomar instancias agradables y esta vez, esa soledad daba la impresión que estaba cursando un sueño de tristeza. No “ había un alma” ni por las veredas, ni por las calles, tampoco por los caminos internos de nuestra Plaza 25 de Mayo ni por el Paseo de la Fe. No pasaba ni un auto, ni una bicicleta, ni una de las miles de motos que atronan cada minuto de nuestros días. Nadie, nadie.
Entonces me fijé que estaban las dos banderas que desde siempre custodian el balcón en toda fecha que deba tenerlas y me dije que ellas, aparte de lo que surge de la Fe de quienes somos creyentes, podían enfrentar al virus con la fuerza que enfrentaron a todo aquel que pretendió tomar algún pedazo de nuestra Patria y los prohombres de aquel entonces, bandera mediante, no sólo que protegieron nuestro suelo sino que libertaron a nuestros países hermanos.
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