Sin desmerecer las bellezas que presentan las Sierras de Ambato, sostenemos que se está avanzando por el camino equivocado para lograr el primer parque nacional en la provincia de Catamarca. Basta estudiar someramente la cuestión para advertir que el principal objetivo que se tuvo a principios del siglo XX, al idear un área de resguardo determinada del territorio argentino, era preservar zonas con bellezas incomparables a las cuales el hombre podría alterar, voluntaria o involuntariamente, por acción u omisión, para advertir que el propósito siempre fue el de cuidar áreas protegidas, no cualquier área que se le ocurra al funcionario de turno sin fundamento de peso que lo amerite.

¿Alguien en su sano juicio puede dudar que la provincia de Catamarca posee zonas que merecerían una protección especial por lo que representan para la humanidad? El sano juicio es la facultad interior emparentada con la percepción de la realidad, por la que el hombre puede distinguir entre el bien del mal y lo verdadero de lo falso. Es, además, un estado de sana razón opuesto a la locura o delirio. Ser de "juicio sano" implica tener buen juicio, ser sensible, discreto y racional en el habla y las acciones. En nuestra provincia son mayoría abrumadora, los funcionarios que carecen del sano juicio descripto. Veamos dos ejemplos, aunque hay cientos, porque hacen todo lo contrario a lo que hemos descrito aquí como un "buen juicio".

Si tuviéramos funcionarios probos, tanto en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, que es presidida por una médica que no tiene antecedentes académicos ni curriculares vinculados al estudio del medio ambiente ni está cerca de tenerlos, podríamos entender por qué avanza un proyecto que carece de los antecedentes necesarios para que sea considerado con un rango o escala superior, como el que se pretende con las Sierras de Ambato.

Lo mismo sucede con el Secretario de Medio Ambiente de la provincia, que también carece de la idoneidad necesaria para desarrollar una tarea que es clave y esencial en el servicio a la comunidad en ésta especialidad. En realidad, el funcionario es cuestión es un todoterreno, capaz de ser secretario de interior del Ministerio de Gobierno y Justicia o Secretario de Asuntos Municipales de la Capital o Secretario de Medio Ambiente de la provincia, como dicen en el café “cualquier colectivo lo lleva”.

Lo cierto es que se trata de un funcionario voluntarioso que de parques nacionales sabe poco y nada. Y sin dudas, hay "alguien" de peso por detrás de ellos que les encomienda que lleven adelante un proyecto a todas luces, inviable, un despropósito.

Al proyecto de las Sierras de Ambato hay que colocarle luz roja y frenarlo de inmediato, porque a simple vista se sabe que allí no hay necesidad de proteger ningún área, y si luz verde a la zona denominada como los Seismiles, en las inmediaciones de los balcones del Pissis o del Volcán y el conjunto de lagunas que lo coronan, en el Departamento de Tinogasta (Norte), en la zona oeste (Frontera con Chile).

Del mismo modo, necesita urgente protección, el Campo de Piedra Pómez en el Departamento de Antofagasta de la Sierra, que es un Área Natural protegida. Lo cierto es que el Proyecto de Parque Nacional de las Sierras de Ambato no encaja en ninguna necesidad ni de los catamarqueños ni de nadie, porque en realidad es una maniobra de distracción para seguir acometiendo con el litio en las aéreas que si lo necesitan.

Al respecto y sobre el área protegida se ha escrito lo siguiente: “Su nombre describe el paisaje caracterizado por la extensa acumulación de piedra pómez, que luego de milenios de procesos de erosión adquirió la morfología que hoy presenta. Desde el punto de vista fitogeográfico, pertenece a las provincias altoandina y puna, caracterizadas por la aridez del suelo, la gran amplitud térmica diaria y las muy escasas precipitaciones. La baja presión atmosférica y la menor dilución de oxígeno en el aire crean el típico ambiente puneño”.

La Comisión de Medio Ambiente y el secretario de Ambiente de la provincia, sus equipos de trabajo, representantes de la ONG “Natura Argentina” y profesionales técnicos de Parques Nacionales, intentan avanzar en la creación un Parque y Reserva Nacional en Catamarca denominado Sierras de Ambato, que carece de la viabilidad intrínseca necesaria para sea considerada de escala superior, que justifique una donación precedida de una expropiación de 150.000 hectáreas desde el territorio provincial al territorio nacional. Emiten “despachos favorables” sin hacer conocer públicamente los fundamentos, sencillamente porque no los tienen. Una verdadera cortina de humo que de concretarse, tendrá muchos participes necesarios y cómplices.

Con respecto al Campo de Piedra Pómez se ha escrito lo que a continuación se transcribe y que en los considerandos presenta las mismas similitudes que el camino denominado de los Seismiles y dice así “El área del Campo de Piedra Pómez cuenta con un grado de protección insuficiente, pese a la vigencia de un decreto que reglamenta las actividades y usos permitidos en la zona. ​Los valores paisajísticos altamente destacables promovieron usos recreativos o aún deportivos que ponen en riesgo la conservación de los valores geológicos del área. ​ En junio de 2014, la autoridad responsable de la preservación de la zona informaba en un comunicado de prensa que los más de 750 km² del área estaban controlados por tres guardas parques, instalados dos de ellos a 30 km y el restante a 80 km del límite norte del área protegida. ​(Fuente parcial: Wikipedia)

Los emprendimientos mineros dentro del área protegida son de un riesgo potencial vigente, dada la presencia de concentraciones minerales económicamente significativas en los arenales y médanos de la zona. (Fuente parcial: Wikipedia) Actualmente se está utilizando el agua de la Vega del Volcán Karachi Pampa para el lanzamiento de la extracción y explotación intensiva del litio en la región, por una empresa australiana, con el apoyo de las empresas constructoras de origen catamarqueño, como Huasi Construcciones S.R.L., afectando la única fuente de agua potable que tienen las comunidades aborígenes de nuestra provincia, cuyo derechos humanos son ignorados por completo a pesar de poseer rango constitucional. Los mismo sucede en Fiambalá con el Proyecto Tres Quebradas explotados por empresas de capitales chinos.

Las Sierras de Ambato no son más que unas sierras que carecen de la necesidad de una protección, como si la necesitan el Campo de Piedra Pómez y la región volcánica de los Seismiles, que sí deben ser protegidas mediante la expropiación de las tierras, convirtiendo esas áreas sensibles en áreas protegidas por leyes federales e inmediatamente incorporadas en la ley Nacional de presupuesto de la Nación.