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Opinión

Obra Pública en Catamarca: hecha la ley, hecha la trampa

Editorial

Nos permitimos afirmar que la legislación general de la provincia de Catamarca en materia de Obras Públicas, es un compendio de normas de dudosa procedencia, hecha a medida de tramposos, que en lo único que piensan es en hacer dinero fácil, caja para sus bolsillos, bienestar mal habido para su grupo familiar y entorno de amistades y lo peor, cuando el objetivo es “hacer caja” para la política, donde se mezcla la militancia y la corrupción y entre ellas no hay fronteras.

Así, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que el espíritu de la ley que habitualmente encontrábamos en la exposición de motivos son conceptos perimidos, muertos que ya no existen y así nos va, somos una sociedad calamitosa, sin diálogo u objetivos serios y sanos. La corrupción generalizada se lleva todo puesto. El tema es aún más profundo en el “espíritu de las leyes” extraviado, concepto acuñado por el genial Montesquieu. Detrás de una ley tramposa, que permite licencias inaceptables a los inescrupulosos gestionadores de la cosa pública, hay seres mal formados, corruptos y sin valores, que se hacen ricos robándole al Estado, es decir sustrayendo recursos materiales a la sociedad y a los niños que padecen hambre, porque sus padres no tienen trabajo genuino. O a quienes no acceden al agua potable o a las cloacas.

La ley ya no tiene espíritu, porque otro concepto que cayó en desuso es la consciencia entre el bien y el mal. Cuando se legisla es necesario tener en cuenta la moral objetiva, porque en todas nuestra leyes se puede afirmar "hecha la ley, hecha la trampa". Cuando todo está mal, quiere decir que el bien ya no es valioso. El soborno es moneda corriente y en Catamarca se han corrompido todas las instituciones. Debemos cambiar todo de raíz, eliminar a los corruptos que enturbian el sistema si es que queremos progresar. Por esa razón es tan necesario que haya comunicadores sociales bien formados en valores y que no esten condicionados por la pauta oficial. En todo esto es clave el periodismo responsable e independiente.

Si las obras que se realizan en toda la provincia duran tres meses es porque el sistema falla de punta a punta. Arranca con políticos que, en vez de hacer política sana en los barrios, canjean votos a cambio de “algo” que la gente necesita y que en la desesperación lo toman, al fin y al cabo dice "peor es nada" y la corrupción nace ahí mismo cuando se tuerce la voluntad popular con dádiva, y muchos terminan votando a los corruptos. Causas y consecuencias, desde ahí hasta la ley, está todo mal, porque nada de lo que se hace es bueno para la sociedad. Cuando nos preguntamos ¿Por qué estamos como estamos? Esas son algunas de las respuestas.

Hacer las cosas bien y decir la verdad siguen siendo dos elementos valiosos y si queremos vivir mejor, tenemos que cambiar de raíz toda la legislación, en este caso de la obra pública, y enderezar todo hacia el bien común y el bienestar general, dos conceptos olvidados, consagrados en la Constitución Nacional. Apelando a un viejo silogismo de dos pasos, que no por viejo ha perdido vigencia, cuando se hace todo mal, el resultado siempre es malo.

En Catamarca sobran los dedos de la mano para encontrar un político honesto, pues ya prácticamente no existen funcionarios de cualquiera de los tres poderes que no estén cuestionados por alguna razón de peso, es decir que si algún profeta dijera una famosa frase evangélica adaptada a nuestra patética realidad, que todos esos funcionarios seguirán en sus puestos actuales si se encontraran libres de culpa y cargo de actos de corrupción, sin poder invocar el principio de inocencia, porque es sabido que en Catamarca no hay condenas por corrupción, al estar la Justicia totalmente cooptada por el Poder político, claramente no quedaría ninguno en pie y todos deberían regresar a su lugar de origen. Para muestra sobra un botón, decían las abuelas. Un ex Ministro de Obras Públicas, foráneo, llegó a Catamarca con una mano atrás y otra adelante, se hizo rico y poderoso, y hoy ocupa uno de los puestos más importantes a nivel provincial. Y está más que claro, que no lo hizo trabajando.

Y lo mismo pasa con el poder legislativo, que no legisla para el bienestar del pueblo sino para la casta en el poder como lo indica el título de ésta nota donde se cumplen las formalidades legales, leyes "a medida de los corruptos", que alimentan ese refrán que aplica a Catamarca en forma categórica: hecha la ley, hecha la trampa. En otras notas iremos dando los ejemplos, aunque con sólo observar la realidad de la obra pública, es suficiente.

La Ley y la trampa Obra Pública espíritu de la ley el bien y el mal

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