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Opinión

Nunca es triste la verdad ¿lo que no tiene es remedio?... (III)

 

…a propósito del (nuevo) recorte en el presupuesto educativo nacional
 

Salvo raras excepciones, en el debate legislativo que se da en estos días en el Congreso por el proyecto de Ley de Presupuesto General de la Nación para el año próximo, hemos escuchado un permanente pase de facturas entre el oficialismo y la oposición,  donde cada sector le atribuye al otro todas las responsabilidades de los males del país, cuyos ciudadanos estamos absortos  sobre la cubierta del Titanic, esperando que nuestra clase dirigente pilotee la nave para evitar una nueva colisión, aun cuando descreemos de la palabra y el accionar de esa clase dirigente, que está en la consideración social, más devaluada que el valor de la moneda argentina.

Esta percepción permea también en las provincias y Catamarca no es la excepción, pues casi como una pesadilla recurrente otra vez los fantasmas de la hiperinflación, de la recesión, de la posibilidad de caer en  default, de indicadores de pobreza e indigencia crecientes y cuantas tragedias económico-sociales ya han azotado a los ciudadanos de a pie, se instala en el horizonte del país,  que sigue sin aprender de su historia pues ahora la responsabilidad de nuestros males parece provienen no sólo de la culpa de “los otros”, sino de la pandemia del Covid o de la guerra en Ucrania, pero nunca de nuestros propios yerros.

En medio de la vorágine informativa y de datos, las taquicardias reiteradas van dejando en el camino las anteriores, y vamos dejando de analizar y atender lo necesario, para ir zanjando las urgencias.

En materia educativa pasa lo propio: pareciera que actuamos como paragolpes de contención, actuando contra demanda: se procede a arreglar una escuela si hay alguna toma o corte de calles o rutas; se cubren vacantes si hay quejas en los medios por parte de papás que reclaman la falta de docentes para sus hijos; descubrimos el “ausentismo” en noviembre -casi al finalizar el ciclo lectivo- y se adoptan decisiones más efectistas que efectivas por error de diagnóstico y de un plan educativo serio y responsable;  se revisan y dan marcha atrás las decisiones adoptadas si hay manifestaciones en contrario que advierten del desliz al gobierno, casi como un juego de ensayo y error.

Decisiones que, en muchos casos carecen del más común de los sentidos: ese sentido común avalado por datos, planes, programas y proyectos monitoreados y bajo evaluación permanente, ;  y no por actitudes demagógicas (y de éstas hemos visto varias en los últimos tiempos en Catamarca…que los chicos vayan a la escuela de sus barrios;  o que una comisión de notables discuta el nuevo marco educativo en medio de la pandemia;  o que los Institutos de Educación Superior y las Escuelas Técnicas pasen sin fundamento alguno a un nuevo ministerio y trascartón, retornen a Educación; o que los recursos humanos del sistema educativo deje de administrarlos el Ministerio de Educación y los administre el Ministerio de Trabajo; o que se haya construido un albergue escolar en zona inhóspita y haya estado cerrado durante diez años por temas administrativos; o que haya funcionado una escuela de gestión privada sin estar adscripta a la enseñanza oficial y hayan pasado dos años sin que las autoridades educativas  hayan advertido que había más de sesenta niños/as cursando un Nivel Primario sin validez; o que exista una ley que obliga al uso de guardapolvo -más allá de que sea discutible la medida-, y que la misma, por un memorándum de una funcionaria de segundo nivel, bajo el argumento que hace calor en Catamarca, haya autorizado a no cumplirla;  etcétera.)

Veamos algunos datos de la realidad educativa catamarqueña para, desde el sentido común, ver cómo estamos:

  • si analizamos algunas cifras del último decenio, entre 2011 y 2020, aún bajo condiciones de crecimiento demográfico , tenemos casi diez mil alumnos menos en nuestras escuelas en los Niveles Primario y Secundario -sin contar el impacto de la pandemia en esa caída, que agravan  los mismos- (50.825 alumnos/as de Nivel Primario en 2011 frente a 41.902 en 2020 y 43.781 alumnos/as de Nivel Secundario en 2011 frente a 41.099 en 2020), pero  en materia de cargos docentes pasamos de 9.478 a 13.784 y en cuanto a horas cátedra pasamos de 7.413.131 en 2011 a 9.606.052 horas en 2020 para todo el sistema[1]. Estos datos reflejan que aún con crecimiento demográfico real, tenemos muchos menos alumnos/as con muchos más cargos docentes y horas cátedra en nuestras escuelas.
  • La data anterior sirve para evaluar el indicador de “Alumnos por cargo Docente” y en tal sentido, en un esquema comparativo, tomando el número de alumnos/as por cargo docente de todos los niveles (Inicial, Primario, Secundario y Superior) tanto de establecimientos de gestión estatal y privada, arrojan que en la Argentina en 2011 había 16,8 alumnos por cargo docente mientras en Catamarca ese indicador era de 12,6. En 2020 ese indicador arrojaba para la Argentina 14,3 alumnos/as por cargo docente, y para Catamarca 8,3 alumnos/as por cargo docente[2]. Para dimensionar estas cifras cabe consignar que en los países desarrollados el promedio es de 15 alumnos por cargo y en América Latina ese promedio es de 22, teniendo casi todos ellos muchos mejores indicadores en materia de calidad educativa, que los que posee Argentina y ni que hablar de Catamarca.
  • si analizamos la tasa de uso de los espacios de escolarización, tomando por caso los establecimientos de Nivel Primario de Primera y Segunda Categoría de gestión estatal (determinado por el número de alumnos/as, secciones, grados, divisiones o especialidades tal como reza el artículo 7° inciso 2° de la ley 3122 del Estatuto del Docente), sobre 1714 grados existentes en el presente ciclo lectivo distribuidos en los dieciséis departamentos de la Provincia tenemos que 1056 grados (el 61,61%) tiene entre diez (10) y veinte (20) alumnos/as,   305 grados (el 17,79 %) tiene menos de diez alumnos/as, y sólo el 0,41% - es decir 7 grados -, tienen más de treinta (30) alumnos, lo que muestra una marcada subocupación –moderada en algunos casos y severa en los demás- de los espacios áulicos[3].
  • Si el análisis lo trasladamos a los establecimientos de Nivel Secundario, tomando los establecimientos de gestión estatal (exceptuando las Escuelas Secundarias Rurales), sobre un total de 1485 secciones, tenemos 697 (46,94%) que tienen entre diez (10) y veinte (20) alumnos, 364 secciones (24,51%) que tienen menos de diez (10) alumnos y sólo 90 secciones (6,06%) con más de treinta (30) alumnos[4].
  • No hace falta remitirse a alguna evaluación de esas cuyos modelos y aplicación se piensan en términos homogeneizantes creyendo que todo el país es una unidad, para darnos cuenta de la crisis en los procesos de enseñanza/aprendizaje que golpean la credibilidad misma de todo el sistema. Pero veamos como salimos en Catamarca, por caso en el último operativo de evaluación seleccionando todas las áreas evaluadas (Lengua, Matemática, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales)[5] , para advertir donde estamos parados en términos de calidad.

Operativo APRENDER 2021

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  • En materia de infraestructura escolar, notables han sido los inconvenientes tras el retorno a la presencialidad plena en el ciclo lectivo 2022 por el déficit en el mantenimiento de la misma, situación que ha sido abordada por diversos medios de comunicación de la Provincia. Pero más allá de esta situación, que ha provocado que en muchos establecimientos se mantenga la virtualidad o se sostenga un esquema de ciclo alternado entre presencialidad y virtualidad para permitir la mejora de la infraestructura, una situación que no ha sido abordada es el de las proyecciones de la infraestructura atento el crecimiento vegetativo de la población y el decrecimiento de la matrícula escolar, como hemos visto anteriormente.

Si tomamos la proyección de las Obras de Infraestructura Escolar previstas para el presente Ejercicio en el Presupuesto 2022 (presupuesto 2021 prorrogado por rechazo en el Congreso al proyecto de presupuesto para el presente ejercicio), la Dirección General de Infraestructura del Ministerio de Educación de la Nación cuenta  con sesenta y tres (63) proyectos de obras de infraestructura programadas para Catamarca, bajo diversas fuentes de financiamiento -Programa CAF de Vuelta al Aula, Obras Menores por Covid 19, Programa de Ampliación y/o Refacción de Jardines de Infantes, Programa Jardines PROMEDU/PRINI, Programa Nuevos Edificios Esc.Secundaria, etc.-

De esa proyección de sesenta y tres (63) obras en el ejercicio 2022 -muchas de las cuales ya habían sido programas en el año 2021 y no fueron concretadas-, sólo cuatro (4) fueron concluidas, una (1) se informa como paralizada, otras ocho (8) registran algún nivel de avance y las otra cincuenta (50) tienen ejecución cero -ya casi concluido el año- sin siquiera haberse efectuado el llamado a licitación para la ejecución de las mismas, por lo que nada hace suponer que las obras que se han previsto en el proyecto de presupuesto para el ejercicio 2023 tengan algún nivel de concreción[6], o que los anuncios de nuevas Escuelas Técnicas vayan a tornarse reales en el mediano plazo.

Ante un cuadro que parece desolador, aun cuando el titular del Ejecutivo de la Provincia ha anunciado recientemente que ahora sí la Educación será prioridad de su gestión -casi al finalizar la misma- y cuando es una verdad de perogrullo que la Educación, como la Salud o la Seguridad son funciones esenciales del Estado y por las que cualquier gobernante debe velar,  siempre, vale que nuevamente nos preguntemos si todo esto tiene remedio.

José Manuel Estrada sostuvo que “…la educación es un deber moral, por cuanto nos lleva a la perfección que es nuestro destino; un deber social, por cuanto, merced a ella, devolvemos los beneficios recibidos de la colectividad; un deber cívico en las democracias, por cuanto habilita al ciudadano para ejercer la soberanía. Y por fin, respecto del hombre argentino, es un deber de patriotismo y de sentimiento, porque el pueblo que vive en los campamentos del caudillo o amarrado en las picotas de la oligarquía necesita ese bautismo de luz…´.

Debemos asumir con realismo la situación imperante y el compromiso de actuar sobre lo urgente y sobre lo necesario, con ese ingrediente indispensable de la voluntad política de hacer algo en serio, que implica la asunción de compromisos por parte de todos los actores.

De seguro no recuperaremos el tiempo perdido, pero al menos sembraremos las bases para que las generaciones por venir transiten sobre una educación de calidad, aquella que perdimos en el sendero del eterno desencuentro entre los argentinos.

[1] https://argentinosporlaeducacion.org/indicadores/catamarca/

[2] https://argentinosporlaeducacion.org/datos/

[3] Datos de la Secretaria de Planeamiento Educativo del Ministerio de Educación de Catamarca. Estadística y Gestión de la Información sobre Relevamiento Anual 2022 (se incluyen en la misma tres escuelas de 3° categoría citas en los dptos. Antofagasta de la Sierra, Ancasti y Pomán)

[4] Óp. Cit.

[5] https://argentinosporlaeducacion.org/indicadores/catamarca/

[6] Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, Informe 133 ante H. Cámara de Diputados de la Nación. Consulta 67, Anexo I. Septiembre de 2022.

 

 

(*)  Ex Ministro de Educación - Referente de Argentinos por la Educación

Catamarca Ex Ministro de Educación Ley de Presupuesto Mario perna opinión recortes

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