Lo expuesto por Ustedes, queridos amigos, excede largamente lo escrito por mi y demuestran palmariamente que , mientras muchas miserias humanas de los mayores, representantes de nuestro pueblo algunos y otros simples ciudadanos, se destacan por la falta de amor al prójimo y a la Patria; allí lejos, en Laguna Blanca, en el norte del departamento de Belén, al pie de la cordillera del mismo nombre, ése grupo de personitas y sus maestras que deben bajar a lomo de mula para cobrar sus míseros haberes, hasta la cabecera departamental, derraman amor por la Patria, respetan sus símbolos y se sacrifican a extremos inconcebibles.

¿Cuánto hay para aprender de ellos, qué será de ellos hoy, a unos cuantos años de aquella documentación?.

Difícilmente creo que hayan forjado futuros promisorios, tal vez se encuentren cuidando sus rebaños de ovejas, mientras nosotros, con todas las comodidades que nos da la “ civilización” nos nutrimos con piquetes, huelgas de las más diversas motivaciones, corrupción enquistada y tantas otras calamidades.

Allá, en Laguna Blanca, no tienen esos afanes ni horizontes y, sin embargo, izan la bandera cantando Aurora, una Aurora que ellos la viven, mientras que a nosotros nos resulta esquiva.

Muchas gracias a todos y procuremos que aquellos ejemplos con ojotas de caucho, nos sirvan como horizonte para ser un poquito mejores, aunque más no sea por tener a esos niños de ejemplo a imitar.

NOTA: Esta entrega no pretende renovar adhesiones sino incentivar pensamientos.

.- Si abren las fotos a pleno apreciarán las ojotas de goma mencionadas en el escrito.