Mucho se habla en este tiempo, del turismo en general. Su reactivación está en un plano de línea muy sensible, donde por una lado prepondera evitar la circulación y por otro la activación económica de los sectores involucrados en la actividad, llámense empresarios, prestadores, emprendedores turísticos, etc.
La fe, indistinta de la religión que se profese, ha tomado un importante valor en este año de pandemia que atravesamos.
Las celebraciones abarcaron ampliamente, su protagonismo en los medios digitales. Acostumbrados a las multitudinarias movilizaciones de fe que se realizan año a año, hoy se las acompaña solamente desde el sentimiento que nos mueve la preferencia al culto.
Se reinventaron espacios, se pueden ver visitas guiadas online en diferentes templos nacionales, la muestra del patrimonio religioso en todo su esplendor ha tomado un valor excepcional.
Las devociones populares, rituales y ceremonias conformaron un fenómeno de fe externa, y han provocado una gran expectativa al Turismo Religioso.
La provincia de Catamarca-Argentina, vive un año Mariano muy importante para la fe católica, los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen del Valle y la pronta Beatificación de Fray Mamerto Esquiú. La motivación de fe con bases culturales de esta tierra, ha puesto su devoción intacta para la unión entre la tradición y la religión en este año. Si bien en los medios oficiales se hizo presente que la fiesta principal en conmemoración a la Inmaculada Concepción de María, por advocación de la Virgen del Valle no será presencial; la fe mueve montañas, pero en esta ocasión no puede pasar los límites geográficos físicos.
El turismo Religioso es tan importante para una provincia que espera estas fechas de particular devoción, donde se demanda servicios, infraestructura, y una planta turística activa; tiene una espera de preparación para las fechas siguientes, si es que así la pandemia nos la permite.
La motivación de fe también consiste en la activación consciente, revestida en un tono emocional sólo aquieta en el equilibrio de devoción. La espera es exigente, pero esa peregrinación hoy pendiente ofrece a los creyentes la posibilidad de reencontrarse con la propia historia cristiana, al momento que nuestra vida cotidiana nos retorne totalmente renovados y fortalecidos.
Escrito por Yanina Santillán
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