Las provincias argentinas de tinte peronista saltaron a la yugular de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por el reciente fallo que hizo lugar a una medida cautelar a favor del reclamo de la Ciudad de Buenos Aires contra el gobierno nacional por la detracción de más de un punto de coparticipación federal en 2020 para asignárselo a la provincia de Buenos Aires.

El fallo transitorio explica que no afecta a las provincias, pues se trata de una medida cautelar hasta tanto se dicte sentencia definitiva. No obstante, de inmediato y sin dar ni explicar los motivos, los gobernadores oficialistas salieron con los tapones de punta contra la centralidad, que no es otra cosa que un reniegue constante por su propia inoperancia. Pero ¿Qué hacemos para merecer tanto? Hay provincias vecinas a la nuestra que hacen mucho para intentar sobrevivir “per se”, por ejemplo, Salta y Santiago del Estero, aunque la calidad institucional de ésta última deja mucho que desear. Catamarca, a pesar de tener cuantiosos recursos provenientes de la minería, sigue siendo una de las provincias más pobres de la Argentina, con fiebre del litio y todo.

Por otra parte, del grupo de las 14 que se pusieron a favor del gobierno al mismo instante de conocerse el fallo, todas dependen casi exclusivamente de los fondos de nación para sobrevivir. Pero lo fondos de nación no los junta el presidente ni su estrafalario ministro de economía, sino que provienen justamente de las provincias de neto corte productivo que autogeneran su propio PBI y el excedente lo “donan” generosamente a las provincias más necesitadas, que son las que no logran auto sustentarse, entre las cuales está la nuestra, Catamarca. Esas provincias tienen mala prensa porque tienen recursos financieros y productivos propios.

Resulta hasta casi gracioso que Alicia Kirchner pida mayor equidad a la hora de repartir los fondos de la coparticipación y diga que no tiene nada en contra del habitante de Buenos Aires “lo único que pido para el país es que haya mayor equidad”. Lo dice cuando desde Suiza confirman el congelamiento U$S 5.000.000.- de cuentas vinculadas a Daniel Muñoz, Néstor y Cristina Kirchner. ¿Tendrá en cuenta que los actos de corrupción atentan contra la equidad? Y que es precisamente su familia la que sometió a la población argentina a un saqueo descomunal de las finanzas públicas y en claro detrimento de la equidad reclamada.

En nuestra provincia, Raúl Jalil apoya el golpe institucional de Alberto Fernández, lo cual significa que nuestro gobernador no cree en el sistema de la división de poderes, ni sostiene la República o mejor dicho, el sistema republicano, representativo y federal como forma de gobierno. Es grave la cuestión de no acatar el fallo del más Alto Tribunal de la Nación y sólo para que se tome dimensión de la realidad, los estudiantes de derecho quieren suspender al presidente Fernádez de su suplencia en la Facultad de Derecho de la UBA.

Raúl Jalil ya dio muestras de su desprecio por las instituciones al disolver de manera dictatorial el Consejo de la Magistratura ni bien empezó su mandato y fiel al más rancio estilo kirchnerista comezó a colonizar la Justicia, del mismo modo que antes lo había hecho Lucía Corpacci. Ambos colocaron sus "pupilos" en la Corte de Justicia y después, se dedicaron a colonizar el poder Judicial y el Ministerio Público con nombramientos “políticos” de sus respectivas tropas. Concluida la tarea, gobiernan en forma arbitraria sabiendo que tienen garantizada la impunidad, con la complicidad implicita de la oposición cuyo silencio en el caso del fallo de la Corte, resulta evidente.

Pedir equidad en el reparto de las finanzas públicas es solo para asegurarse un flujo de fondos constantes, donde abundan los sobreprecios en la obra pública, el direccionamiento, la falta de rendición de cuentas, el escaso o nulo acceso a la información pública, el funcionamiento de la legislatura como si fuera una escribanía. Ninguna obra pública en nuestra provincia se hace por licitación pública, sino que todas se adjudican en forma directa. Y ahí donde está el mayor acto de hipocresía como golpear el Estado Derecho para seguir funcionando en forma oscura, sin transparencia, sin justicia y con manejos totalmente discrecionales de la administración de la cosa pública. Jalil suscribe que Argentina se convierta en Venezuela y Corpacci también. Mientras ellos piden mayor equidad y destruyen la democracia recuperada, el pueblo, harto de los atropellos, requiere mayor transparencia.