Se viene algo grande, algo nunca antes visto. Se anuncia en todas partes, los dicen los periodistas más famosos, lo dicen en Europa, en Norteamérica, lo dicen los filósofos. La Ola es gigante, mundial y en la Argentina se anuncia ola y terremoto pero muchos no lo perciben, se aferran al pasado. Sin ir muy lejos, lo dijo el gobernador de Catamarca Raúl Jalil en su mensaje inaugural del 1° de mayo, pero muchos leen lo urgente y olvidan lo importante. Mientras tanto, mientras se aproxima la enorme ola, esto pasa en Catamarca, por ahora. Porque pronto quizás pasen otras cosas y todo será distinto...

La reunión que mantuvieron la semana que pasó, representantes del radicalismo local con el gobernador marca un precedente que no se había visto desde que se conformó la coalición de partidos de "Juntos por el Cambio". Es decir que esa circunstancia no pasó desapercibida y encierra un mensaje, tanto por presencias como por ausencias.

Desde el año 2015 hasta la actualidad, la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y el PRO, acudían a todas las reuniones en forma conjunta, esta es la primera en que UCR prescinde de los otros dos partidos. Y quizás sea el comienzo de una nueva etapa que sólo el paso del tiempo se encargará de descifrar.

Este hecho viene a confirmar lo que se venía vislumbrando desde las elecciones del año pasado, la relación de Rubén Manzi con los integrantes del Centenario Partido de Alem, no está nada bien, muchos le adjudican al legislador nacional, la pésima elección que hizo Juntos por el Cambio, cuando entró como diputado nacional por un mínimo margen.

Con el PRO la relación no es alentadora tampoco. Al partido del ex presidente le endilgan la pésima estrategia llevada a cabo en las elecciones del 2019, entre ellas, justamente fue la imposición de Manzi como primer candidato a diputado nacional para cumplir con un pedido que “Lilita” Carrió le hiciera a Macri. Es que detrás de Manzi no hay nada. El partido que él conduce no tiene representación en la provincia, que justifique tener un diputado en el Congreso Nacional.

Otra de las causales, fue el oscuro “juego” que hizo durante los últimos 4 años a favor de Jalil, siendo el principal promotor de esa táctica, Rogelio Frigerio. Basta recordar que el ex ministro vino a Catamarca a inaugurar obras y casi no tuvo contacto con los dirigentes propios, estando en plena campaña política, en ese momento Frigerio trabajaba para que Macri gane la presidencia y Jalil gane la gobernación.

La relación entre los partidos del frente en estos 4 años fue de mutua desconfianza y sólo duró por el hecho de que administraban el gobierno nacional; una vez perdidas las elecciones nacionales, la coalición se fue diluyendo al punto que, en la Cámara de Diputados local, la CC no tiene representantes y la convivencia con entre el PRO y el radicalismo es solo institucional o dicho de otro modo, meramente formal. Todos miran lo que harán los dos diputados del PRO, ya que es una incógnita. Todos recuerdan las idas y vueltas del exdiputado Carlos Molina y con esos pésimos antecedentes la mayoría desconfía de lo que harán Cesarini y Saseta.

También recordamos que el ex diputado provincial Carlos Molina no pudo ir por la reelección de su banca, los diputados radicales vetaron esa posibilidad y en su lugar aceptaron que vaya la ignota Natalia Saseta, que a la postre demostró que carece de la idoneidad suficiente para desempeñarse como legisladora provincial, pero ya se sabe, vivimos en un país generoso y así nos va, o nos iba. Ahora es tiempo de olas.

Queda el interrogante y se verá un poco más adelante que ocurre con una coalición opositora muy fragmentada, con un radicalismo que debe resolver su interna, que también sigue siendo variopinta, con líderes "demodé" que se resisten al paso del tiempo y le cuesta dar lugar a las juventudes que vienen empujando y buscando posicionarse,  con partidos socios con escasa o nula representación.

Por otra parte, es para tener en cuenta y tomar nota que el PRO atraviesa una interna feroz a nivel nacional con Mauricio Macri y Patricia Bullrich por un lado y por el otro Horacio Rodríguez  Larreta y María Eugenia Vidal. En tanto que a nivel local nunca terminó de consolidarse, con escasa o nula representación y cero nivel de actividad partidaria institucional. Sólo tuvo alguna trascendencia cuando algunos dirigentes locales administraron las más importantes delegaciones de gobierno nacional en la provincia. Sólo eso.

Volviendo la mirada hacia el gobierno provincial, al que también le llegará la ola, y su actualidad, observamos que la esquizofrenia política sigue mandando en la pandemia, aunque la coyuntura requiera de la grandeza de los funcionarios, estos no terminan de aceptar que gobernar con intereses encontrados es muy difícil, casi podríamos decir que imposible. El carro del gobierno se empantana una y otra vez, ya que es tirado por bueyes de distinta raza. El oficialismo tira para la lógica de un gobierno en una crisis sin precedentes y el corpaccismo que sigue insistiendo en mantener el poder con otros fines, por todos conocidos, que constantemente le esmerilan la gestión de Jalil, haciéndole un flaco favor. Quizás estos "bueyes" no estén viendo la ola.

Otro interrogante surge de la desmembrada "Tercera Posición" que supo tener a Luis Barrionuevo como líder y su reciente frente Consenso Federal, que sólo fue una alianza electoral de coyuntura y cuya permanencia duró un suspiro. Se observa una radicalizada y tenaz oposición del dos veces ex intendente de Tinogasta, cuyo caudal político es una incógnita, pero que con sus denuncias pone nerviosos a sus ex aliados, nos referimos a Hugo“Grillo” Ávila. En cuanto a la médica Marina Andrada, el signo de interrogación es grande como una casa, no se sabe muy bien a quien responde o quién es su referente político actual y qué hace sentada en esa banca de legisladora. Ya hablamos del país generoso y tenemos más de un motivo para sostenerlo.

El gobernador en su discurso abriendo la 131° período de Sesiones Ordinarias de la Legislatura dijo que la pandemia va a dar paso a un nuevo orden mundial, regional y local, todo parece indicar que los cambios ocurrirán también en los partidos y sus coaliciones, en la economía, en el Estado, en los sindicatos, arrasará con todo, aunque algunos todavía sigan pensando que los cerros los protegerán y que no habrá ola para ellos ni sus "derechos adquiridos". Si los bienes y servicios eran escasos antes de la ola, imagínense después... Nunca observaron el Tsunami de Japón, porque lo que se viene es eso. Se viene una ola gigante, económica y financiera en sentido negativo, una ola mundial, habrá un nuevo orden, Catamarca incluida...  "al que le quepa el sayo, que se lo ponga" y parece que la persona más importante de Catamarca lo sabe.