Este refrán es tan cierto como lo demuestra una de las imágenes que acompaña la presente nota.

En realidad el objeto de ésta, es refrendar la certeza de lo dicho en la entrega anterior que mencionaba una época de oro de Catamarca en todo, lo que tenga que ver con la existencia, en casi todos los cursos de agua y lagos de los diques, de gran variedad de fauna ictícola destacándose los pejerreyes en diques y lagunas (pocas y privadas), truchas en los ríos de distintos departamentos de la provincia, a los que tenemos que sumar otras especies como percas y carpas, llegándose a capturar algunos ejemplares de gran tamaño.

No podemos olvidar las especies autóctonas entre las que se destacan plecostomus ( viejas de agua), corydoras, y guitarritas: se introdujeron mojarras como las gambusias ( Son originarios de La Florida EE.UU., y están esparcidas por el mundo como control de las larvas de mosquito), son peces vivíparos y fundamentales como carnadas. No hace mucho, en algunos espejos de agua, los muy famosos “ siete colores” de los lagos de Palermo, vulgarmente llamados chanchitas, y nombre científico de chiclasoma. Gravísimo error pues comen los huevos de otras especies deportivas.

Esto en cuanto a los peces en Catamarca.

En cuanto a la motonáutica y navegación a vela, también tuvo su época de oro. Hubo veleros de diferentes categorías y sobre todo, los jóvenes hicieron sus prácticas distinguiéndose como buenos navegantes.

Acompaño esta nota con imágenes que testifiquen lo dicho en la anterior nota, por lo que el texto será más bien corto. Eso sí, habrá testimonio fotográfico de truchas pescadas en Antofagasta de la Sierra que están por ser embarcadas en el avión de la provincia “Belén”, para ser traídas a la capital; habrá testimonio de un salmónido capturado en el Río Ambato a la altura de Las Mesadas. Como buena noticia podemos ver que actualmente se practica la pesca con devolución al agua no solamente por tamaño sino como práctica deportiva asociada a la pesca con mosca y ya una modalidad casi universal.

Mostraré veleros en el Jumeal, motonáutica en Pirquitas y un testimonio triste: a la salida del dique mencionado, sigue el curso del río del Valle, había mucha pesca de bagres ( como en casi en todos los ríos), viejas de agua y muy bellas mojarras pero, aparte de lo peligroso que resulta andar por aguas contaminadas, coloco un testimonio dramático de hasta qué punto, hace algunos años era la contaminación, que nos encontrábamos con por ejemplo, viejas de agua flotando pues no sobrevivieron a esa contaminación situación que tengo entendido, aún se da en ése curso de agua con paisajes tan bellos en su entorno.

Hace mucho que no pesco y lo que manifiesto tiene un tinte de “aquel tiempo pasado fue mejor”, no lo sé, aunque sí puedo sostener con seguridad, que el título de la presente nota no refleja toda la verdad puesto que en realidad “EL PEZ, NO SÓLO POR LA BOCA MUERE”