Para no dejar de sorprendernos con sus extravagancias, el titular del Poder Ejecutivo provincial ha iniciado el camino de la reestructuración edilicia, la calamidad pública que ellos mismos se encargaron de pergeñar, el mayor centro de atención médica de la provincia de Catamarca, el Hospital San Juan Bautista. De recursos humanos no hablan, sólo de edificios nuevos, elefantes blancos vacíos de contenido humano, de buena atención clínica y médica. Lo que la gente quiere es atención de calidad y no edificios mamotretos vacíos.

La matriz de la obra pública del actual gobierno ha sido calificada de una forma que nosotros preferimos soslayar, porque no se trata de calificar sino de investigar en qué consiste y cuál es en definitiva la matriz de corrupción que tanto daño le hace al conjunto del pueblo catamarqueño. Y estamos abocados a investigar cómo funciona el "sistema" de concesión de obra pública en un gobierno de tinte anormal.

Sí notamos, que existe un desparpajo administrativo inusual, que luce de manera proverbial cada vez que encaran una obra de infraestructura, sean viales provinciales, áreas educativas o de salud o del área que fuere. Ya existe un procedimiento, un libreto que una y otra vez, cumplen a rajatabla. Pareciera que detrás de cada llamado a licitación aparece “el club de amigos de la obra pública” que es integrado por un oligopolio de dudosa procedencia y calidad, tal como lo indicaremos más adelante.

Concretamente, estamos frente a un mercado de competencia imperfecta, donde los conceptos básicos del mundo empresario, las calificaciones financieras y los requerimientos técnicos son dejados de lado. Una matriz diseñada por el actual vicegobernador en tiempos que su amiga Lucía era gobernadora y que el actual mandatario se ha encargado de sostener y perfeccionar, para mal por supuesto, porque estamos hablando de un sistema de cero transparencia en las finanzas públicas y ausencia total de controles reales.

Los gobernantes catamarqueños, populistas, anti democráticos, se mueven como auténticos autócratas, pues concentran sus decisiones sin ningún tipo de control, y las exhiben sin pudor, ejerciendo una supremacía alarmante que raya con los dictatorial. Y actúan así, porque saben que la estructura del poder está arreglada de antemano para ejercerlo del modo que lo hacen. Ejercen el poder, no la autoridad, que son conceptos bien distintos, por cierto. El poder bien entendido se ejerce con autoridad, en tanto que el poder hegemónico y omnímodo, se ejerce desde el autoritarismo, obviando los resortes constitucionales y más grave, la democracia como forma de gobierno. Cumplen formalidades, sólo eso. La democracia bien entendida no es votar solamente.

Como es notorio, la salud pública en Catamarca está destruida por obra del legado de ambos, Lucía Corpacci y el golpe de gracia de Raúl Jalil. La primera, médica de profesión, jamás se ocupó de los recursos humanos, ni de los residentes ni de poner en valor la importancia del juramento hipocrático ni de incentivar la radicación de médicos en el interior. Más bien se dedicó a hacer edificios con la matriz corrupta que describimos más arriba, vacíos de contenido humano y de tecnología de punta en materia de prestaciones clínicas y médicas. Es decir que se ocupó de la publicidad de sus actos y de hacer "caja" para la política. No se ocupó del bienestar general del pueblo como mucho ingenuos creen. Las vidas no se salvan cortando cintas.

En tanto que el actual gobernador, que proviene, entre otros negocios, de la medicina comercial, esa que tanto daño le ha hecho y le hace al juramento hipocrático, de contenido y carácter solo ético, porque orienta al médico en la práctica de su profesión, al arte de curar y que nada tiene que ver con el comercio, que es lo que en definitiva ha destruido y destruye sistemáticamente cualquier sistema de Salud Pública y sanitarista. Argentina tiene excelentes médicos, incluso reconocidos en todo el mundo y un deplorable sistema de Salud Pública, que es necesario cambiar, en Catamarca y en todo el país.

Se auto perciben socialistas, pero utilizan el arte de curar para lucrar con la diferencia. ¿Qué puede hacer alguien que tiene un concepto tan mercantil del ejercicio de la medicina, con la Salud Pública? Nada. Y eso lo que han hecho en todo éste tiempo, nada. Después de casi 12 años en el poder, el peronismo/kirchnerismo advirtió que “los hospitales son fundamentales”. ¡Por favor! En la segunda parte, abundaremos en datos, conceptos y sobre todo, juicios de valor.