Después de un magro resultado en las PASO, se avizora un resultado igual o peor para Juntos por el Cambio en la provincia, que como todos recordarán obtuvo un guarismo entre los más bajos de su historia electoral. Con una total falta de “timing”, cometieron errores a diestra y siniestra. Nacionalizaron la contienda cuando cualquier asesor indicaba que lo correcto era hacer exactamente lo contrario.
Usaron el nombre de Juntos por el Cambio y en ese sentido desoyeron el consejo del diputado Hugo “Grillo” Ávila, candidato a vicegobernador de Flavio Fama, quien de movida aconsejó utilizar una denominación más renovada. Nótese que en las provincias en donde ganó la coalición opositora se tomaron el trabajo de imponer otro nombre. Es decir, hicieron todo al revés, desperdiciando una oportunidad única, algo que habla a las claras de su chatura política.
Además, demostraron que los principales candidatos tienen escaso liderazgo y también poca calle, como se suele decir en la jerga electoral. De ese modo, es la única manera de entender semejante traspié o la otra es pensar que no les interesa mucho el triunfo, porque tienen el quiosco armado. A eso se le llama mezquindad política o como diría el León, están más preocupados por sostener la casta que por ganar la elección en un momento histórico para hacerlo.
Existe una ola en casi todo el país, donde la oposición gana bastiones históricos del peronismo, como fueron los casos de Chubut, San Luis y más reciente del Chaco y en Catamarca, los responsables del cambio, no mueven la aguja y el electorado histórico del Frente Cívico y Social les dio la espalda. Ni rompiendo la burbuja digital, como dijo una diputada del sector, ni convenciendo a los que no votaron o votaron en blanco, darán vuelta el resultado. A esta altura, existen una tendencia al descenso, es decir que la puja se centra entre el segundo y tercer puesto, porque los milagros electorales no existen. Existen buenos y malos dirigentes políticos. Los primeros ganan elecciones, los segundos las pierden, como sucede en Catamarca. Lo raro es la tozudez con la que insisten cada dos años, ya que se trata siempre de las mismas caras., la casta.
Por esa poderosa razón, el gobernador Jalil está muy tranquilo con esta oposición y la "alimenta", cualquiera en su posición haría lo mismo. La interna de Juntos por el Cambio a Jalil le hizo un gran favor, no sólo porque se acentuó el fracaso sino porque la gente busco una alternativa en el lugar menos pensado. Y nadie se hizo cargo, cero autocrítica. Además, es la clara demostración que de opositores tienen poco y nada. La verdad es que lo que en Catamarca se llama oposición, es funcional a Jalil y los electores lo saben. Los resultados están a la vista y el golpazo puede ser letal.
Desde hace muchos años se conforman con el segundo puesto, pero esta vez el destino de los desatinos les puede jugar una mala pasada, exagerando su condición de partenaire y quedar terceros. Es que no vieron venir el fenómeno de Javier Milei y La Libertad Avanza y lo peor es que siguen sin verlo. En ese sentido, Es notable la falta de contacto con la realidad, que se evidencia en sus reiterados discursos, anticuados, vetustos y carentes de contenido estratégico y eso los aleja cada vez más del electorado, que busca nuevos horizontes.
Con una campaña que no arranca, se los nota perdidos en todo sentido, sin un discurso homogéneo y con escasos recursos intelectuales y emocionales para superar un revés que sonó a cachetazo, el panorama es cada vez más oscuro y ellos lo saben. Esta vez no les va a alcanzar ni para ser acompañantes y serán sin lugar a dudas, el pato de la boda. Un fuerte error de cálculo puede tirar por los aires el negocito de algunos pícaros que dicen ser oposición y que sólo piensan en su propia “salvación”.
