Parece que los hechos y dichos hayan ocurrido hace mucho tiempo, pero no, hace menos de dos meses, cuando el gobernador, ante la adversidad electoral, prometió sin despeinarse, una profunda racionalización del gasto público, anunciando además de la cancelación de numerosos festivales de verano, una reducción de los cargos políticos en un 20 %. Lo cierto es que se privó a la gente de los tradicionales festivales en distintas localidades para organizar un gran festival, mucho mayor, algo nunca visto, incluso más grande que la tradicional Fiesta del Poncho, como el Festival Nacional del Punto Índice, la mayor fiesta de vagos y haraganes que recuerde la historia de Catamarca.

Los autores de la fiesta, Raúl Alejandro Jalil y Rubén Dusso, fueron quienes privaron a las distintas localidades de sus respectivos festivales y todo el dinero ahorrado fue destinado a la desopilante fiesta de los que no les gusta trabajar genuinamente sino tomar leche de la teta del Estado. La conclusión a la que se arriba, es que como los parásitos, los puntos índices necesitan de una fuente de ingresos para sobrevivir… sin trabajar por supuesto.

Para que se entienda bien de qué estamos hablando, un parásito es un organismo que necesita infectar a otro ser vivo para completar su ciclo de vida. El parásito se alimenta del otro organismo, debilitándolo, aunque, por lo general, sin llegar a matarlo. Los parásitos pueden ser animales o vegetales y desde aquí le agregamos, puntos índices catamarqueños, ya que no pueden vivir sin alimentarse de otro.

Es decir que la suspensión de los otros festivales no es producto de la crisis económica, de la emergencia nacional o de alta inflación, no, sino que la dupla en el gobierno, hicieron a la inversa de Robín Hood, que era un personaje legendario del folclore inglés medieval, que se cree que fue un proscrito que robaba a los ricos para dar a los pobres. Jalil y Dusso le sacaron al pueblo para darle más dinero a los ricos. Parece que a Santillán con $500 millones no le alcanza. Los fondos eran para el festival del punto índice, algo nunca visto en un verano catamarqueño de designaciones sin ningún motivo serio.

Según transcendidos, las designaciones son realizadas al solo efecto de "contener" dirigentes "valiosos". Un verdadero despropósito en los tiempos que corren. Todos "comprados" para acallar voces críticas adentro y afuera del gobierno para tranquilidad del mandamás provincial.

La provincia se ha convertido en una caja de Pandora en dónde no hay justicia, todas las contrataciones del estado son a dedo ya que no existen más las licitaciones públicas, las empresas mineras hacen lo que quieren y disponen como se les antoja, porque nadie controla nada. Una provincia en dónde no existe la seguridad jurídica, mucho menos el libre mercado y la libre competencia. Una republiquita bananera de cuarta.

Todo está supeditado a la voluntad del de "arriba". El siglo XXI no llego a Catamarca, todas las prácticas son dignas de la época de señores feudales y parece que Juan Bautista Alberdi nunca estuvo por estos lares a pesar de haber nacido muy cerca.

Mientras tanto la oposición ¿Hay? juega al don Pirulero haciendo denuncias infantiles en las redes sociales, carentes de sustento factico y jurídico, es decir, intrascendentes, ya que ninguna se concreta en la justicia y siempre sobre temas menores, porque son unos timoratos que tienen miedo de ir a fondo y al frente.

Esto explica el patético resultado obtenido en las últimas elecciones, cuyos máximos responsables dejaron al fragmentado sector, reducido a la mínima expresión histórica; un senador nacional y un diputado, que no fueron electos sino con mandato en curso. ¡Fracasados! Que encima claman que Ymad no sea privatizada, una forma de atender la quinta y acompañar al gobierno.

Para completar el festival y como yapa en la movilización de días pasados de la CGT, en la ciudad de Buenos Aires, estuvo la ex gobernadora acompañando a los jerarcas sindicales que gozan de un desprestigio mayúsculo, la señora está atrapada en el túnel del tiempo y no sabe cómo salir. A todos sus desatinos y nefatos legados le sumo la clara intención golpista que tiene el kirchnerismo y el sindicalismo fascista. Ella y su acompañante se encargarán de hacer en este festival la fiesta ochentosa que tanto añora la señora y los haraganes que están desfilando por la Fiesta del Punto Índice, parásitos que dan vergüenza.