El actual presidente del PRO tiene su foja de servicios demasiado sucia como pretender cuestionar a la dirigente de Propuesta Republicana Claudia Moreno, por el simple hecho de abrir una sede y adherir a la precandidatura presidencial de Patricia Bullrich. Una sede, sub sede, filial o local, no define una pretensión legítima. Carlos Molina no es políticamente hablando lo que él trata de mostrar en los medios. Él es el clásico tránsfuga, que en el 2021 formaba parte del equipo de “Cambia Catamarca” y recibía apoyo explícito de Horacio Rodríguez Larreta, incluso fue uno de los que usufructuó dinerillos mal habidos de Bacchiani aplicados a la campaña de esa agrupación política, que aun mantiene su estructura, como es público y notorio.

Basta observar la foto de portada para concluir que el actual presidente del PRO filial Catamarca es un topo de la política. Y esa foto no es vieja como algún pícaro podría afirmar. Fue colocada en una nota donde Carlos Molina y otros miembros de aquella agrupación expresan enfáticamente su apoyo a la candidatura presidencial de Horacio Rodríguez Larreta. Y para que todos entiendan a qué nos referimos con el nuevo sobrenombre que a partir de la fecha le pusimos a Molina, "topo" en lenguaje coloquial es aquella persona que actúa al servicio de terceros, siendo un infiltrado en alguna organización. Es una especie de espía o traidor.

Veamos como operan: El 9 de agosto de 2022, la Cámara Federal Electoral declaró desierto un recurso de apelación que presentó Claudia Moreno en la Justicia Federal justamente contra Carlos Molina, quien apoyado por Enrique Cesarini y Rodríguez Larreta, más el empuje del cuestionado Juez Federal de Catamarca que rara vez resuelve conforme a derecho, sino lo que le dicta el poder político de turno, se las arreglaron para que fuera Molina el tercer factor legal en la conformación de las listas para las próximas elecciones, PASO y Generales. El kirchnerismo, de manera ilegítima desnudó el fenomenal lobby judicial que ejerce el Jefe de Gobierno de CABA, que gracias a esa influencia, la Cámara Federal Electoral a su antojo, de manera arbitraria descartó una expresión de agravios por defectos formales, lo cual no era cierto y de ese modo convalidaron un procedimiento interno del PRO Catamarca que permitió al tramposo de Molina quedar al frente del partido Propuesta Republicana. Una maniobra, bien lejos del derecho y la Justicia, típico procedimiento al que adhieren los que suscriben el "vale todo", con tal de llegar.

De ser necesario, el Topo Molina es ese tipo de dirigentes dispuesto a trabajar en forma indistinta para Dusso o para Corpacci o Larreta, por ejemplo, votando como lo hizo cuando era diputado de Cambiemos, para la ampliación de jueces de la Corte de Justicia o para Larreta como cuando se abstuvo en la votación para intervenir el PRO de Mendoza. Molina no elige bien sus acciones, las prioridades no son para el bien común ni el interés general sino para sus propios intereses, tanto que en febrero era hombre de Larreta y para mayo ya se había transfugado a las huestes de Patricia Bullrich. ¡Un impresentable! Claramente, Carlos Molina es un infiltrado en la Fuerza del Cambio, un auténtico TOPO, donde sobresalen como referentes directos en Catamarca, Fernando Capdevila como extra partidario y Claudia Moreno como referente del PRO y es a ésta última precisamente a quien pretende atacar, sin argumentos válidos y después de traficar sus influencias para barrerla de la Justicia Federal con competencia electoral.

Reiteramos, Carlos “El Topo” Molina está muy lejos de los problemas de la gente, "no se está dando cuenta que la gente está pasando hambre, las estadísticas que llegan son reales". Argumentos que él esgrime en contra de Jalil y que no son creíbles, precisamente porque el primer socio del mandatario provincial es justamente Rodríguez Larreta, tal como lo hemos venido señalando desde siempre, desde esta línea editorial. El trabajo concreto de Molina es dividir y debilitar a la oposición porque siempre operó para el oficialismo y lo sigue haciendo y su tarea no es gratuita, claro. Cuando se dice que la política es "sucia", en realidad se comete un error, porque la política en sí, una ciencia necesaria para la convivencia pacífica de los pueblos, los que la ensucian, desprestigian y degradan, precisamente son los tipos como Carlos Molina, inescrupulosos al servicio del dinero, del clientelismo y del poder a cualquier precio. Los topos además, son traidores, como lo es Molina, oscuro personaje de la política catamarqueña. No es el único.

La verdadera preocupación del "Topo" Molina es determinar cómo va a utilizar el sello del PRO en el próximo armado y sus verdaderos socios en Catamarca son Flavio Fama, Enrique Cesarini, Francisco Monti, Natalia Saseta, parte de los cuales estuvieron en Córdoba en el operativo “Gringo Schiaretti) que pergeñaron Morales, Larreta y Lousteau para debilitar a Patricia Bullrich en la interna del PRO, después que esta le hiciera torcer el brazo en la CABA, imponiendo la candidatura de Jorge Macri. Al infiltrarse en las filas de Bullrich "opera" para Fama, Cesarini y Monti y fustiga a Claudia Moreno que participa en el equipo de Fadel, Paz y Bazán. ¿Se entiende?