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Opinión

Abuso infantil institucionalizado

A los siete años (fin de la infancia), perdemos los dientes provisorios e iniciamos nueva etapa. ¿Qué acontece allí? Desbordan la fortaleza física y el vigor energético. Concluida la etapa de ensoñación (infancia), se despliega el atavismo de acción irrestricta.

"Dejad que los niños vengan a mí…!" (Mateo 19:14), dijo el Maestro con enojo.

La Psiquiatría Infantil procura lo mismo, pero con “otros planes”: Con vileza irracional, sostiene que los niños -vórtices de espontánea hiperactividad- cuando en la escuela, deberían comportarse como si asistiendo al funeral de su querido abuelo.

Así, en 1987, la American Psychiatric Association (U.S.A.) inventó el engendro ADHD (TDAH, Trastorno por Déficit Atencional con Hiperactividad) para que la Psiquiatría Pediátrica medique a niños de 7 a 14 con la droga metilfenidato (hidroclorurode metil-fenidil-acetato, suerte de cocaína sintética) para “plancharlos” mentalmente, con sideral lucro a la farmacéutica productora de la droga.

En suma, ADHD es “un fraude orquestado para iniciar a los niños a una vida de drogadicción…” (Dr. Edward C. Hamlyn, fundador, Royal College of General Practitioners)

Acción contra-Natura:Nótese que no se trata de paliar ningún déficit de aprendizaje (Dislexia, etc.) ni insociabilidad por abstracción mental (Autismo), sino que se ataca frontalmente a la natural inquietud emocional y motriz inherente a párvulos de esa edad. En suma, se instituye un ataque a los niños por no ser “adultos” (!!), con estupefacientes que envenenan su química cerebral para así abatir su “irreverencia” hacia el docente,nomás porque… ¡son niños que ansían jugar y correr!

Natural “Hiperactividad” en la niñez: La Pediatría, Fisiología, y la Biomecánicaestudian diversosparámetros (indicadores) durante la niñez.

Pues bien, en una ecuación que en su numerador expresa la sumatoria de:

  1. a) volumen cardíaco (tamaño del corazón); b) fluidez hemodinámica (caudal de flujo sanguíneo); c)capacidad pulmonar (nivel de oxigenación); d) nivel anabólico y metabólico (aptitud para para consumir energía acumulada y para convertir alimentos en energía), y, por último,e) volumen de masa muscular estriada (elemento físico para motricidad).

Y su denominador exprese el Peso Corporal Total, la ciencia comprueba que éste coeficiente va en aumento hasta alcanzar su nivel máximo a los nueve años de edad, luego va decayendo a medida que avanza la edad, y jamás vuelve a ser superado.(Según la OMS, el peso y talla promedio en niños sanos de 9 añoses 28,1 kg de peso y 1,33 m de altura).

Más allá del habitual coeficiente Potencia/Peso, en éste caso se mide específicamente Potencia Real + Capacidad Biológica + Resistencia al Esfuerzo, y a ello se lo divide por el peso total del individuo, dando un coeficiente integral y no solamente teórico.

En efecto, a los nueve años somos potentes e infatigables como nunca más lo seremos en el resto de nuestra vida. Si no fuese por su escasa altura (1,33 m) y poca longitud de piernas acorde a ella, los niños de nueve años ganarían todas las maratones del mundo.

La Cardiología y Medicina Biomecánica son categóricas al respecto:

“Edad y Aptitud: Considere el niño de nueve años. Si alguno lo ha logrado en ésta vida, es el niño de nueve años…. Es el mejor exponente (a Edad y Aptitud), y, de esos años, yo elijo al de nueve años. (El de 9 años) es, libra por libra, el mejor atleta de resistencia del mundo. Y se mueve con la gracia y la elegancia del animal salvaje. Tiene, según fisiólogos alemanes han constatado, el mayor volumen cardíaco para su peso que jamás va a tener, salvo que (más tarde) fuese un Campeón Olímpico.Por ende, (el niño de 9 años) es la cosa más cercana al movimiento perpetuo con forma humana que pudiésemos ver.Y aun así, en otros momentos, es capaz de tener el complaciente letargo de un león luego de matar (su presa)”.Dr. George Sheehan, On Running, p. 161. Bantam Books, New York, 1978. Traducción del autor.

El Dr. Sheehan es cardiólogo e investigador en fisiología y biomecánica atlética.

Pues sí, a los nueve años, nuestro Genoma apunta toda su artillería a darnos fortaleza, inundándonos de potencia energética como jamás tendremos. No es necesario recurrir a la ciencia médica para que nos corrobore cómo éramos cuando teníamos 9 años, pues lo hemos vivido: inexhaustibles, desbordantes de energía, alegres “por nada”, y muy dispuestos a sacrificar comidas u horas de sueño para seguir jugando incansablemente, con prescindencia de opiniones ajenas. Si el vocablo “libertad” aún tuviese alguna vigencia en nuestra sociedad contemporánea, los niños de nueve son muestra viviente de ella.

Lo que se constata con certeza es la hiperactividad de psiquiatras, psicopedagogos, y psicólogos para combatir ferozmente la natural hiperactividad de la niñez, no precisamente por nostalgia o envidia, sino más bien por razones de lucro fácil sin escrúpulos.

¿Abuso Infantil institucionalizado? Sí, contundentemente.

El “Déficit Atencional” en niños y adolescentes: Los países más avanzados (Finlandia, Japón,  Corea del Sur, Alemania, etc.) asignan un colosal porcentaje de sus PBI a la Educación Pública, que es gratuita, aunque obligatoria. En síntesis, docentes y maestros son servidores públicos.

Pero el Mundo Reverso de la Psiquiatría Conductista (medularmente nazi-fascista) tiene una visión diversa: no es el docente quien debe “prestar servicio público” al alumno, esforzándose en procurar su confianza y/o afecto para mejor transmitirle enseñanza, sino que postula que el alumno debe “someterse” al docente, rendirle honores como si una deidad, forzado a obviar toda ineptitud y/o arrogancia del docente. Para ello, se le asigna al docente una herramienta formidable: drogar al todo alumno que, si bien pasa de grado con buenas notas, no le halaga suficientemente con “atención plena y sumisa”. O sea, déficit de adulación, no de atención.

Aberrante, por cierto, pero hoy está institucionalizado con el TDAH-metilfenidato.

Vale recordar nuestras vivencias de tener que soportar el tedio de maestros y profes que, con su Déficit Comunicacional, nostorturaban durante 44 minutos de clase, a la vez que extrañamos a aquellos maestros quienes, a pesar de dar materias tan áridas como Física, Matemáticas, o Química, supieron cautivarnos con sabiduría didáctica, y así, no solamente se ganaron nuestra plena atención y aprendizaje, sino también nuestro afecto.

Evidencia científica sobre el TDAH (ADHD, en inglés): Concretamente, no hay ninguna.

The causes and risk factors for ADHD are unknown, but genetic factors likely play a role.(Las causas y factores de riesgo para el TDAH son desconocidas, pero posiblemente factores genéticos tengan injerencia). Informe Nº 70 del National Center for Health Statistics, agencia delU.S. Department of Health and Human Services (HHS), Agosto de 2011.

El Ministerio de Salud y Servicios Humanos de los EE UU admite que el TDAH no tiene causa ni riesgo identificables, por lo que muy posiblemente algún gen humano ocasione que niños de 9 a 14 años puedan comportarse como…niños de 9 a 14 años (!!), sin el letargo de hombres o mujeres de 60 años. Un fraude colosal, aunque confeso al fin de cuentas.

Efectos del metilfenidato: Su acción principal es idéntica a la de la cocaína: una pronta liberación de dopamina (dopaje endógeno).Sus efectos secundarios a corto plazo son: nerviosismo, agitación, ansiedad, insomnio, pérdida de apetito, náusea, vómitos, mareo, palpitaciones, migraña, incremento de pulso, hipertensión, y psicosis, según reporta el Journal of the American Medical Association.Evidentemente, ninguna “droga de la felicidad”.

Sus efectos a largo plazo son aún más horribles: Drogadicción, impulso al alcoholismo, violencia, remoción social, y eventualmente, desarrollo del Mal de Parkinson por agotamiento de los centros cerebrales que producen Dopamina.

En síntesis, estamos ante un vector de destrucción metódica del cerebro humano.

Entre 1942 y 1945, el médico nazi Dr. Josef Mengele no tuvo a su alcance la droga metilfenidato(aprobada por la FDA en 1961) para postrar químicamente las neuronas de sus víctimas, aunque–deplorablemente, por cierto-la APA norteamericana ha logrado subsanar aquella carencia, abusando al niño indefenso con psicotrópicos buscando “obediencia ciega”.

Más de lo mismo que describía Maquiavelo. Huelga todo análisis ulterior.

Abuso infantil institucionalizado Déficit niñez

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