Pasadas las elecciones son muchos los análisis que se hacen en los medios de comunicación, en la dirigencia política y también entre la ciudadana. En esta nota analizaremos el desempeño de Juntos por el Cambio en la provincia, fuerza política que en los últimos años viene con serios problemas de integración y armado tanto en la coalición como así también dentro de cada partido que la compone.

El radicalismo en las ultimas internas quedo quebrado después de un proceso conflictivo que llego a la justicia. Algo similar ocurrió en el PRO, con una interna fallida que también terminó en la justicia; y la Coalición Cívica, un partido pequeño gestionado en forma unipersonal, que desde su creación ha sido “manejado” al  antojo del electo diputado nacional Rubén Manzi.

Además, varios partidos que formaban parte de Juntos por el Cambio, emigraron por diferencias en la formas, argumentos y armado de las listas, como fue  el caso del partido Fe, Movilización y también del Socialismo, que gracias a la pésima gestión de los principales referentes, no sólo migró, sino que lo hizo hacia las filas de del Frente de Todos.

Con todos estos acontecimientos, Juntos por el Cambio encaró un proceso eleccionario con diversos problemas y en varios frentes. Fue público y notorio que los principales candidatos nunca  terminaron de ponerse de acuerdo en las candidaturas y en los contenidos, prácticamente inexistentes. Al mismo tiempo perdían aliados, producto de la mezquindad y la angurria política, dejando de lado o postergando a dirigentes muy valiosos.

Los intendentes que jugaban su reelección excepto en el caso de Andalgalá, donde no podía intentarse un período más por razones legales, como es el caso de Alejandro Páez, despreciaron cualquier candidato propio ya que prefirieron “acordar” con Jalil, so pretexto que  debían defender lo local por encima de lo provincial y lo nacional. En esa estrategia, a varios les salió “el tiro por la culata” y el caso más notable fue el del altanero Gustavo “Gallo” Jalile de Valle Viejo máximo defensor de la candidatura de Raúl Jalil, que se quedó “sin el pan y sin la torta”, siendo devorado por el aparato peronista que lo terminó venciendo.

Para disimular este zafarrancho interno, casi todos los dirigentes no encontraron mejor excusa que echarle la culpa de todos los males al Presidente Mauricio Macri por la situación económica, siendo esto el principal escollo para que la gente vote la lista de Juntos por el Cambio.

Después de la paliza recibida en las PASO, llegó a Catamarca el famoso consultor brasilero “Hiram” que asesoró en varias campañas a el FCyS y no encontró mejor idea que “provincializar” la elección, es decir la estrategia era no nombrar a Macri y no hacer carteles con su imagen. Un fracaso más.

Con los resultados conocidos el domingo pasado, el gran vencedor dentro de la coalición de Juntos por el Cambio en Catamarca, sin hacer campaña, fue el presidente Mauricio Macri quién  sacó más votos que ningún otro candidato, pues obtuvo 5000 votos más que el resto de los candidatos de Juntos por el Cambio locales.

Con las autoridades electas, será necesario definir quién será el líder de la oposición, que quedó muy disminuida y diezmada por los fracasados de siempre. Es hora de que den un paso al costado y permitan el ingreso de otros dirigentes, mucho más valiosos que ellos.