https://www.youtube.com/watch?v=lLtpBSHZIX8

Circula por las redes un video que fue grabado ayer viernes en Pomán en donde dirigentes que responden al intendente Francisco Gordillo se insultan y forcejean con el diputado Molina. Esta gresca se produjo mientras los candidatos y dirigentes de Juntos por el Cambio visitaban un polideportivo realizado con fondos de la Secretaría de Deportes de la Nación y los punteros políticos de Gordillo no los dejaban entrar.

Este lamentable episodio nos permite hacer un análisis de como viene realizándose la campaña y como seguirá en los próximos días y semanas. Hasta aquí se vieron cruces verbales en donde la estrategia de “Juntos por el Cambio” era exhibir una postura mesurada y mostrar al rival “Frente de Todos” como los que tenían o tienen una postura violenta, sectaria, con tendencia al insulto y la difamación. Pero éste hecho marca un punto de inflexión, ya que el diputado Carlos Molina y sus adláteres mostraron un costado violento e incluso se ve en el video cuando un dirigente que responde a Gordillo claramente, habla en simultáneo mientras se produce la escena y afirma que mientras el diputado Molina empuja y lanza manotazos, ¡vean cómo actúa “la patota de Cambiemos”!

Carlos Molina votó en a favor del bloque de Corpacci en la ampliación de los miembros de la Corte y ahora armó una escena para perjudicar a “Juntos por el Cambio”. A ésta altura resulta ser un impresentable y ahora un impostor de la violencia. Los jefes de campaña de “Juntos por el Cambio” deberían bajarlo inmediatamente de la gira de campaña, pues sólo concurre para desacreditar a todos.

Ante estos acontecimientos deberíamos preguntarnos si la intención de ingresar al polideportivo era hacerle conocer a la sociedad catamarqueña que esa obra está realizada con fondos nacionales y para lograr ese objetivo no hacía falta ingresar a los empujones y ponerse al mismo nivel de los violentos, hay muchas estrategias de comunicación efectiva para dar a conocer cuáles son las obras que realizo el gobierno nacional en la provincia.

Los responsables de campaña de “Juntos por el Cambio” deberán tomar medidas con estos dirigentes que apelan a la violencia para hacer política y que podrían terminar perjudicando a los candidatos. Llama poderosamente la atención y resulta sorprendente que los involucrados en la pelea no son candidatos a nada, entonces la reflexión final es si no estarán “jugando” para sus adversarios, si esta no es la intención por lo menos en el accionar, con una enorme irresponsabilidad y que como conclusión, y sin animo de ser reiterativos deberían pedirle a Carlos Molina que deje de acompañar a los candidatos en las recorridas de campaña.

Lo sucedido en Pomán traerá consecuencias, toda vez que hay mucha desconfianza de los jefes de campaña de “Juntos por el Cambio” contra el grupo conformado por el diputado Carlos Molina, el diputado Enrique Cesarini y el jefe regional de Anses Fernando Corrales Ávila, ya que siempre se dijo que los dos primeros eran funcionales a la gobernadora Lucia Corpacci y el ultimo a Raúl Jalil y este fue precisamente el grupo que origino los tumultos y en el que en distintos pasillos de la política vernácula se califica de traidores. Estos tres personajes, que dicen pertenecer al PRO, son los típicos arribistas del poder que dicen cosas y hacen otras. Y uno no es lo que dice sino lo que hace.

Parece que los muchachos del Pro dejaron los globos de colores y su postura light para agarrar los guantes y hacerse combativos, para ello deberán trabajar en lo físico y tener más cintura, ya que para imitar a Manny Pacquiao, el impostor de Carlos “Gordo” Molina tendría que adelgazar no menos de 20 kilos. Así como luce, es impresentable y es necesario bajarlo del “ring” urgente.