El Proyecto "Sierras de Ambato" y la mentira solapada
Por estos días, en las diferentes comisiones de la Cámara de Diputados, especialmente la Comisión de Medio Ambiente, se avanza en un proyecto que, si bien podría ser loable, no es el que necesita nuestra provincia. Desde hace muchos años se discute en Catamarca y se lamenta por no tener un parque nacional y cuando se avanza con un proyecto, “Sierras de Ambato” a tono con las malas decisiones sobre las políticas públicas que encaran los gobiernos, se yerra en la elección, quizás por motivaciones ocultas, que en esta nota nos encargaremos de desentrañar. Nadie salvará a Catamarca de su propio destino sino los catamarqueños. Para lograr los mejores objetivos es necesario enfocarse adecuadamente. El ocultamiento también es una mentira solapada, por eso es muy importante decir siempre la verdad, algo que los políticos no hacen habitualmente.
Es así que con un claro direccionamiento del poder Ejecutivo provincial y de otros factores de poder, se avanza en un proyecto que carece de la importancia y trascendencia fáctica y ambiental para llevarlo adelante. Ni las mejores zonas de Capayan o de Pomán tienen entre sus estribaciones y valles naturales lugares de la categoría y trascendencia que tienen, el Campo de Piedra Pómez, esa acumulación milenaria de rocas volcánicas en el Departamento de Antofagasta de la Sierra y toda la región oeste del Departamento de Tinogasta que encierra no sólo uno de los volcanes más altos del mundo, el Monte Pissis, sus conocidos balcones, sino también sus lagunas multicolores, con una rica flora y fauna de especies autóctonas y un camino de acceso, denominado el Camino de los Seis Miles, que contiene delicias visuales inigualables, convirtiendo a ambos sitios en lugares inhóspitos, de los más buscados por el turismo nacional e internacional.
La fiebre del litio posterga el cuidado del medio ambiente
Sin embargo, dos proyectos de extracción del litio (The Kachi lithium brine Project y Tres Quebradas, Liex S.A ) ponen en superficie que, tanto a nivel mundial como a nivel local, la protección y el cuidado del medio ambiente están un escalón por debajo de los grandes intereses de Estados Unidos, China, Canadá, Corea, Australia y en menor medida, de Argentina que como en casi toda su historia económica, por impericia e inoperancia sigue produciendo “comodities” para que sean los extranjeros quienes se lleven nuestras riquezas, agreguen valor a nuestro recursos naturales, empobreciendo de manera brutal amplias regiones de América Latina, Argentina, y particularmente Catamarca, Antofagasta de la Sierra, Tinogasta, donde nuestros gobernantes hacen todo que el "negocio" sea para unos pocos en detrimento de muchos, que la pasan mal. De ahí la importancia de tener un gobierno local que defienda los intereses del pueblo y no que los postergue, como hicieron sucesivamente Lucía Corpacci y Raúl Jalil.
Ahondando en el Área natural protegida Campo de Piedra Pómez, nos encontramos con una realidad que sorprende, máxime si se tienen en cuenta las circunstancias actuales vinculadas a la extracción del litio. Dentro del área, existe un yacimiento de litio cuya exploración y explotación se encuentran en una etapa inicial. Se trata una amplia zona totalmente desprotegida y abandonada a su suerte y parece que la situación de abandono del área protegida es política de estado directamente vinculada a las conclusiones del estudio realizado por la “Campaña Dr. Schalamuk y recomendaciones” que durante los años 2017 y 2018 llegaron a valiosas conclusiones (para el gobierno provincial, obviamente) respecto de la reserva del metal blando en un área adyacente al Campo de Piedra Pómez. indica una de las conclusiones “El proyecto Kachi es un lago salado cubierto de más de 25 x 15 km que alberga un cuerpo de salmuera de litio muy grande en sedimentos arenosos con alta permeabilidad y bajas impurezas".
Lo mismo ocurre con la región de los volcanes al oeste de Fiambalá, donde el estado de abandono del Camino de los Seis Miles, la escasa y nula preservación de la flora y la fauna de la región, la depredación ambiental de un turismo foráneo descontrolado, la falta de controles internos y los poderosos intereses del litio, transforman a los dos lugares más emblemáticos de Catamarca en páramos abandonados a su suerte y lo que es más grave aún, el abandono de la mayoría de los pueblos originarios que carecen de voz y de voto a pesar de los contundentes mandatos constitucionales, ignorando las actuales autoridades todo el plexo normativo que regula la propiedad minera, la licencia social y la consulta en el caso de los pueblos originarios.
De ahí que el proyecto de Parque Nacional “Sierras de Ambato” sea más una cortina de humo que un proyecto serio, ya que las verdaderas áreas protegidas, "Campo de Piedra Pómez" y alrededores y "Balcones del Pissis" y alrededores, deberían ser la destinatarias de los recursos financieros del Estado Nacional a través de la Ley Federal de Presupuesto de la Nación. Catamarca se apresta ceder innecesariamente 150.000 hectáreas del dominio privado al Estado Nacional, tierras que serán expropiadas sin causa de utilidad pública, cuando lo que sí debería expropiar y hacer valer, son los derechos consagrados por el art. 124 de la Constitución Nacional, precisamente los campos adyacentes al Volcán Carachi en Antofagasta de la Sierra y toda la región de Tres Quebradas en Tinogasta (Norte). La propiedad minera, el agua potable surgente y el agua de los deshielos le pertenece a la provincia de Catamarca, no a las empresas extranjeras, ni al Estado Nacional ni a la Universidad Nacional de Tucumán, pues el concepto de propiedad minera es igual al antiguo Código de Minería de la Nación, con la diferencia que ahora los yacimientos subterráneos son propiedad de cada provincia y es necesario hacerlos valer y no hacer como Corpacci y Jalil, que vendieron todo por dos pesos, sin respetar las leyes, sin acatar los fallos (CSJN), bajo el paraguas de la impunidad.
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