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Opinión

Lo que la naturaleza creó en miles de años, nosotros lo destruimos en instantes

En realidad no vivimos en aquellos países que se ocupan de preservar a ultranza los patrimonios naturales y culturales que les son propios. Por tal motivo la depredación criminal de los mismos no sólo debe preocuparnos sino ocuparnos desde este mismo instante.

Un sólo ejemplo, por el momento, para graficar este pensamiento o más bien sentimiento que se presentó luego de la publicación de una nota, sobre el monumento natural más notable que tiene la provincia de Catamarca como lo es, La tortuga de Carey situada a no más de cinco km de la plaza principal de nuestra ciudad capital.

La nota que trata sobre el valor del monumento lítico de hace unos días, despertó la inquietud y puesta en acción de un grupo de Técnicos superior en Turismo de Catamarca con la iniciativa de uno de ellos la Técnica y Diplomada en Turismo Religioso Yanina Santillán, habitual colaboradora de esta columna.

Ella se comunicó con sus pares y llegaron a la conclusión que podrían, mediante su esfuerzo individual, asistir al sitio donde se encuentra el monumento y entre todos y tal vez la ayuda de otros colaboradores, poner en valor al monumento de piedra más portentoso que tenemos los catamarqueños.

Con el fin de tomar una idea de qué es lo que necesitarían para el trabajo de campo y a la vez documentar el estado actual de particular atractivo, la propietaria de la iniciativa concurrió al lugar de emplazamiento con el fin de documentar el mismo y de paso el estado que se encuentra actualmente la Tortuga de Carey.

La sorpresa no pudo ser mayor al ver el estado de descuido cómplice en que se la encuentra, con pintadas en el rostro, ojos y boca entre otros sitios, un basural digno de figurar entre los más calamitosos , yuyos crecidos tapando parte de la figura, un corral de piedra o chiquero a pocos metros de la pieza de piedra, una anomia causada por la inoperancia de quienes tienen y tuvieron la función de actuar sobre ello y la mantienen en un injusto anonimato al no colocarle un simple cartel indicador, de la presencia de dicha valiosa expresión de la naturaleza.

No caben excusas ni disculpas de índole alguna. No caben pretextos no lavadas de manos a lo Poncio Pilatos, no caben falsas angustias y nulas promesas. Son culpables absolutos desde que se comenzó a mostrar la Tortuga hace ya muchos años por la desidia que no sólo le cabe a un gobierno o a un sector de él, nos cabe a todos por igual y en todo caso alguno más que otro. Lloraremos de verdad aquellos que amamos la naturaleza y lo que ésta nos dio a los catamarqueños, mientras que lágrimas de cocodrilo les saldrán a todos aquellos que no hicieron ni hacen nada por proteger semejante muestra de monumento natural inigualable.

Mientras los técnicos estaban relevando el lugar, la gran cantidad de turistas y parroquianos que pasaban por el sitio, entraban unos pocos metros al costado del camino a sacarse fotos con la descuidada imagen de piedra.

Cabe pensar que entonces la conocen y saben del valor sin igual que tiene la pieza mencionada. Muchos la maltratan e intentan trocar un pedazo de su figura, la parte más fácil es la finalización de su delgada caparazón seguramente con intenciones sólo de hacerle daño y sólo eso.

Hay culpables de este estado de cosas. Hay quien o quienes debieran ocuparse de su cuidado, preservación y puesta en valor. Hay quienes seguramente les cabe el sayo, entonces póngaselo y ocúpese de devolverle la presencia al monumento natural de piedra de los catamarqueños conocido como: la Tortuga de Carey, camino a la Gruta de la Virgen, aquí nomás, a la vueltita.

“Las presencias de estas formaciones líticas simplemente esperan que la dejemos perfectamente indicadas con buenos carteles. Y le procuremos un poco de limpieza de sus entornos con su mejor conservación y observación. Claro está, que no debemos olvidar elevar ruegos para que los aerosoles proselitistas no causen estragos irreparables…” -Sábado 26 de octubre de 1974 Diario La Unión-

 

Por Alberto Lindor Ocampo

https://www.facebook.com/albertolindor.ocampo

 

Catamarca Lítico naturaleza Preservación Tortuga

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