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Opinión

“Hasta cuando abusarás de nuestra paciencia”- Cicerón y su defensa de la República

Catilina pierde las elecciones, pero era un secreto a voces que había formado un ejército a fin de tomar Roma y asesinar a sus senadores. Iban por todo...

Fue entonces que, en presencia de Catilina, Cicerón pronunció su célebre discurso:

¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia, Catilina? En una serie de alocuciones breves, Cicerón desbarató las intenciones anti-republicanas del grupo sedicioso. El ejército que lo seguía a Catilina era de gente ansiosa de poder y riqueza, dispuestas a romper las mejores tradiciones romanas y hacerse del poder asegurando el entronamiento de una ralea de la peor calaña. Segregado en el senado por el duro discurso de Cicerón, Catilina se unió a su ejército y debió enfrentar a las legiones leales a la República que lo destruyeron. Solo y sin recursos Catilina se suicidó.

Sin embargo, el ataque discursivo de Cicerón no cesó con la muerte del adversario. Era necesario destruir todo germen de revuelta, razón por la cual el cónsul pronunció dos nuevos discursos sobre el tema, del cual tomaremos algunas frases que pueden aplicarse a nuestra menos elocuente clase política argentina.

“El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, me parece más culpable que el que lo corrompe con dinero”. Al usar la cadena nacional para ventilar una causa judicial, se está cometiendo un abuso de poder, ley que los dos abogados que nos gobiernan frecuentemente pasan por alto, como en el doloroso caso de las vacunas.

“Hay enfermedades del alma más perniciosas que las del cuerpo”. El odio, la venganza, las ansias de crear recelos dentro de la sociedad, la necesidad de profundizar la grieta son una actitud psicopática que es infinitamente más peligrosa para nuestra sociedad en la que todos deberíamos ser “esclavos de las leyes para poder ser libres”, un concepto vertido por Cicerón que, lamentablemente, continúa ajeno al espíritu nacional y nos convierte en esclavos de nuestra propia estupidez.

“De hombres y mujeres es equivocarse, de locos persistir en el error” y continuamos en la senda equivocada, con perseverancia suicida. De allí que para no perseverar en el error es necesario “el cultivo de la memoria”, que desenmascara los actos más deleznables e hipócritas de aquellos que reinciden en prácticas erróneas. Sin embargo, y a pesar de la evidencia de flagrantes contradicciones fehacientemente documentadas, nuestras más altas autoridades   han caído en la “vergüenza de aprobar la mentira y tomarla por verdad”.

¿Qué más debemos esperar los argentinos, de este ataque al republicanismo de la Nación? Se ha magnificado la sabiduría del "pueblo" que más de una vez se ha equivocado por pasiones e instigamientos. La democracia no es perfecta y para eso existe el republicanismo, para defendernos de excesos, el avasallamiento de las minorías y la agresión a los demás poderes justamente, la división de poderes nos defiende de tales excesos.

La democracia nació limitada por la Justicia y las leyes, no entenderlo es subversión… y no es extraño que está gente que nos gobierna hayan endiosado a aquellos que tomaron las armas para imponer sus creencias políticas. “La fuerza es el derecho de las bestias”, clamaba Cicerón al verse obligado a enfrentar al ejército de Catilina para sostener la República.

El gobierno que solo se basa en el dictamen de la mayoría, sin respetar la división de poderes es la peor de las tiranías, el populismo de los demagogos que sostienen el poder con prebendas, intimidando a los que piensan distinto y se animan a expresar sus diferencias.

El gobierno de estas mayorías que buscan liberarse de las cadenas de las leyes para liberar su furia y su codicia, sus ambiciones y espíritu retaliatorio, destruyendo normas de convivencia, son intentos de instaurar una tiranía que deberemos rechazar con la fuerza de la razón, la fuerza de la oratoria y todo esfuerzo que nos salve de la decadencia como en la que han caído países hermanos.

“¿Cuánto tiempo hemos de ser todavía juguete de tu furor? ¿Dónde se detendrán los arrebatos de tu desenfrenado atrevimiento? " le preguntaba Cicerón a Catilina, como nosotros deberíamos preguntárselo a quienes quieren y necesitan avasallar los derechos de los ciudadanos.

Es momento de volver a los clásicos que observaron las grandezas y bajezas de la condición humana. Es momento que el país se haga eco de estas palabras de Cicerón para salvar a la República.

Omar López Mato

omarlopezmato@gmail.com

Cicerón La República opinión paciencia

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