Hoy tal vez actos de vandalismo de esta calaña, tal vez no nos sorprendan, ya que la sociedad o al menos parte de ella, está acostumbra a incendiar hasta los edificios públicos más representativos o arrojarle tal cantidad de piedras, que no pueden llevar otro destino que la destrucción misma.
No obstante las calamidades actuales, es bueno recordar estos hechos no sólo por los que tenemos la suficiente edad para haberlos vivido, sino para que aquellos que son menores, sepan que esto también ocurrió en el centro neurálgico de nuestra ciudad, y nosotros los padres y abuelos, tenemos la obligación, a mi modesto entender, de hacerles conocer estos datos de nuestra historia reciente.
Se dijo en aquel momento que la conducta vil había surgido de jóvenes que salían de un céntrico local bailable, obviamente con sus estados mentales alterados por el alcohol o algún otro estimulante de calamidades.
Para esto, entre otras cosas, sirve un archivo fotográfico y, si bien podemos recordar circunstancias que nos alegran que ocurrieron, también se encuentran estas otras que nos entristecen como: el INCENDIO DE LAS PALMERAS DE LA PLAZA 25 DE MAYO.
FOTOS :Alberto Lindor Ocampo. Sugerencia: ver las imágenes a pleno.
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