El Ministerio de Salud ha decidido incluir las lesiones por mordedura de perros en el Boletín Epidemiológico Nacional para contar con un registro de estas lesiones. Especialistas han proporcionado información sobre el tema y qué hacer en caso de una herida de este tipo.

En el Boletín de la semana epidemiológica 19 (del 7 al 13 de mayo), se anunció la incorporación que se llevará a cabo en la semana 20 (del 14 al 20 de mayo) como parte del apartado "Herramientas para la vigilancia, prevención y respuesta".

El Boletín detalla que, a partir de la semana epidemiológica 20 de 2023, se han habilitado en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) los eventos incluidos en el subgrupo de lesiones no intencionales. Se menciona que la mordedura de perro es la agresión más frecuente de los animales hacia los seres humanos y que esta relación se ha visto afectada por el desarrollo y la urbanización.

Estas lesiones tienen relevancia para la salud pública debido a las múltiples consecuencias que pueden generar, como enfermedades zoonóticas graves, lesiones de diversa gravedad con posibles secuelas, impacto psicológico, social y costos económicos. Se citan datos de Estados Unidos y otros países de altos ingresos para resaltar la incidencia y letalidad asociadas a estas lesiones. En Argentina, se menciona que entre 2004 y 2014 fueron atendidas 6,245 personas por mordeduras de perros, siendo los niños de 5 a 9 años el grupo más afectado.

Los objetivos de esta vigilancia son estimar la magnitud del evento, identificar poblaciones afectadas, caracterizar epidemiológicamente los casos graves y las muertes, así como gestionar la información para llevar a cabo acciones de seguimiento.

Expertos en el tema señalan que las mordeduras de perros son lesiones relativamente frecuentes y que las posibilidades de infección son bajas. Se destaca la importancia de lavar la herida con agua y jabón, buscar atención médica y, en caso de mordeduras en brazos o piernas, elevar el miembro dañado e inmovilizarlo. También es relevante verificar la vacunación antitetánica y, en caso de perros desconocidos, iniciar un plan de vacunación antirrábica.

En muchos casos, se requiere tratamiento con antibióticos y es posible que se necesite suturar la herida. La internación dependerá de la gravedad de la lesión. Se destaca el riesgo de contraer rabia y se explican las medidas profilácticas a seguir en caso de sospecha de mordedura por un animal rabioso.

En cuanto a la vacunación de perros, se menciona que deben recibir su primera vacuna antirrábica a los tres meses de edad y repetir la aplicación anualmente. Se enfatiza la importancia de mantener el certificado de vacunación antirrábica y realizar un control antirrábico en los 10 días posteriores a la mordedura para descartar enfermedades en el perro.