La foto retrata al diputado nacional de Juntos por el Cambio electo en la última contienda democrática y ex vicejefe de Gobierno porteño, Diego “el Colo” Santilli, siendo atosigado por los micrófonos de la prensa. Hasta ahí, nada que salga del panorama común en la vorágine mediática y política de la Argentina.
Pero allá en el fondo, un poco difuminado –pero aún así perfectamente reconocible– se observa al criptogurú Leonardo Cositorto, el dueño y creador de Generación Zoe, la empresa multinivel que ahora es investigada por la Justicia por presuntas estafas piramidales, o lo que se conoce como esquema Ponzi.
Las imágenes, que se corresponden con el acto de presentación del libro del ex intendente de Quilmes, el chef Martiniano Molina, datan de noviembre pasado y generaron en las últimas semanas todo tipo de suspicacias y comentarios alrededor de la relación que mantiene el empresario investigado con dirigentes del macrismo, algo que desde el espacio niegan rotundamente.
Cositorto, coach ontológico devenido en pastor de las criptomonedas, convenció a sus fieles de que multiplicaría su dinero con intereses astronómicos y de maneras que rozan el pensamiento mágico.
Para ello, recorrió el país con su talento para la oralidad y así captar inversores para la Zoe Cash, su divisa digital basada en tecnología blockchain, la misma por la cual hoy enfrenta una advertencia de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y sendas pesquisas por estafa de la Procelac y del fiscal federal Eduardo Taiano.
Si bien el pastor de los negocios digitales había vaticinado que la Zoe Cash, supuestamente respaldada en una mina ubicada en el Norte Argentino, alcanzaría el “precio de un gramo de oro”, es decir, 55 dólares, el escándalo de las últimas semanas desplomó la cotización en un 50% en 24 horas, y la moneda alcanzó apenas los 0,017 centavos de dólar a inicios de la semana pasada.
La conexión PRO
Hasta el destape de las acusaciones en su contra, Cositorto había mantenido un perfil alejado de los grandes canales de comunicación, lo cual se vio obligado a revertir tras conocerse las fotografías en las que se lo puede ver acompañando actos de campaña del PRO, junto a Cristian Ritondo, Santilli y Molina.
La conexión Rosita
Lo cierto es que el nexo entre Leonardo Cositorto y ciertos dirigentes del partido creado por Mauricio Macri tiene nombre y apellido: Gabriel “Gaby” González, el actor y productor que saltó a la fama con el personaje de Rosita de Pasión.
El artista, que también aparece reflejado en aquellas postales del 3 de noviembre de 2021, es parte de Generación Zoe y, de acuerdo a sus propias declaraciones, milita en Quilmes y estuvo trabajando en las últimas elecciones junto a Santilli.
De hecho, en una conferencia de coaching ontológico de la que participó González se puede ver y escuchar su cercanía con el ex vicejefe de Gobierno porteño: “Si los políticos tuvieran resultados concretos, da gusto. Por eso la empresa apoya a Diego Santilli. Estamos hablando de una persona, no de una estructura política. Porque esa persona tiene los valores y utiliza las palabras que nosotros utilizamos”, señalaba “Rosita” en ese video.
Pero además, en una entrevista con el medio Infobae, Gaby reveló que trabajó con el entonces postulante a la Cámara baja por la provincia de Buenos Aires: “En los últimos 18 meses estuve trabajando cerca de Diego Santilli, con toda su gente en diferentes partidos del Gran Buenos Aires”, dijo.
Por otro lado, otra de las relaciones entre el ancla de Rodríguez Larreta en la provincia de Buenos Aires y el holding de Zoe es David Cohen, subsecretario de Asuntos Políticos e Institucionales de la Legislatura Porteña y ex socio comercial del criptogurú en Essence Nature, de la que el funcionario se hizo cargo tras la salida de Cositorto bajo amenazas de denuncias de estafa.
En contrapartida, desde el PRO argumentan que Cohen es otra de las víctimas del promotor de la economía digital, ya que presuntamente quedó debiendo dinero de la compra de perfumes que luego se revendían, pero “eran agua, no duraban nada y las cremas venían casi por la mitad”, denunció una exempleada en Twitter.
La situación llegó a las narices de la Anmat, que en 2017 multó a la empresa de Cohen con 50.000 pesos tras una inspección de 2011 en la que se detectaron fallas en los empaques de los productos.
La conexión motor
Uno de los pilotos de automovilismo que Generación Zoe buscaba esponsorear era Nicanor Santilli Pazos, hijo del dirigente y de la periodista Nancy Pazos, quien corre en el TC Pista. En una presentación virtual, Zoe Cash resplandecía como uno más de los auspiciantes del deportista, aunque finalmente salió a competir sin la publicidad de la moneda.
Según explicaron desde el team del corredor, “la empresa se acercó como cualquier otro patrocinador, pero finalmente no hubo ningún acuerdo, por decisión del equipo”, dijeron recientemente al medio Infocielo, donde además aclararon que el diputado no tiene relación con el grupo de competición.
El portal Forbes Argentina también consultó al respecto a Nicolás Yema, parte de Tinos Sports, en el que corre el hijo de Santilli: “Nosotros como equipo nos reservamos ciertos espacios del auto para los sponsors que ponen dinero para cubrir los presupuestos anuales”, explicó.
Yema contó que “estábamos en tratativas de cerrar un acuerdo de patrocinio con Zoe Automovilismo, que era una empresa que estaba bien nombrada en el mercado, pero ya no lo está”, y agregó: “En un momento se hizo un render que servía para mostrar cómo iba a quedar el auto y se los incluyó. Pero era un render, no una imagen del auto pintado”.
Mientras el criptogurú Leonardo Cositorto se refugia en República Dominicana, más problemas se sumaron en las últimas horas para Generación Zoe.
En la localidad de Villa María, en Córdoba, la Fiscalía de Instrucción a cargo de Juliana Compañys encabezó el último viernes un operativo con cuatro allanamientos simultáneos tanto a la sede de la empresa como a domicilios particulares, luego de tres denuncias por estafa.
Los denunciantes declararon que el local de esa empresa amaneció cerrado el jueves 17 de febrero y que no tienen respuestas por el dinero que depositaron para inversiones, mientras desde el Caribe, Cositorto dijo en una entrevista con el canal C5N que en esa sede cordobesa habían ingresado a robar computadoras y otros elementos.
Ahora, tanto la comunidad trading como la Justicia siguen de cerca los pasos de la empresa multinivel, al tiempo que se suman testimonios de exempleados y miembros que repiten al unísono una palabra: fraude.
Los primeros requerimientos de la Inspección General de Justicia arrojaron que Zoe Capital, la firma con la que se lanzó la criptodivisa, no se inscribió con un domicilio existente, y tampoco cumplieron con el requerimiento de información del fideicomiso LATAM Zoe.
Desde su refugio en Centroamérica, el coach asegura que su negocio es legal, que no se trata de una estafa piramidal, y que puede cumplir con quienes invirtieron los 2.000 dólares que se requieren para ingresar al negocio. Sin embargo, el fiscal federal Eduardo Taiano impulsó la primera imputación al empresario por la “posible realización de oferta pública e intermediación irregular en el mercado de capitales”.
La frutilla del postre la puso la propia fiscal cordobesa Compañys, quien luego de los allanamientos pidió la inmediata detención del criptogurú y de otros cinco socios, mientras las ramificaciones de la causa parecen no tener fin y llegar, incluso, hasta el ámbito político. |
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