En un contexto de año electoral donde existen grandes intereses en juego, principalmente de la minería y mucho más allá de la reelección, por parte del Jalilismo y el Corpaccismo. Es que ya habían acordado de palabra intentar ir por otro mandato, más que nada para no alterar el calce de los negocios vinculados a la minería y a la fiebre del litio.

Aunque Jalil en la intimidad ha manifestado que prefería que el ex ministro de Obras Públicas de Lucía Corpacci diera un paso al costado y fuera reemplazado por alguien con mejor imagen que Rubén Dusso. Como se sabe y es público y notorio, el binomio no mide y ambos caen en su imagen marcadamente y mucho más en este segmento, Rubén Dusso, quien tiene cuentas pendientes en la Justicia Federal, en la causa de los cuadernos de Centeno y en el desfalco de la obra de Cloacas en Valle Viejo.

Además, nadie olvida el mediocre pasado de Laureano Palacios, que siendo chofer de Dusso se recibió de abogado y de allí, sin experiencia de ningún tipo, pasara a una función clave en el Ministerio Público Fiscal como es el puesto de Fiscal Penal de la primera Jurisdiccional N° 2. Y aquí se tiene presente que ante la disolución del Consejo de la Magistratura, fue la Comisión Evaluadora quien analizó el pliego del incompetente fiscal. No obstante, el chofer devenido en fiscal no llegó a su puesto por haber ganado un concurso, rendido un examen ni nada por el estilo. llegó a esa función clave por presión de Dusso, ya que el concurso para cubrir la vacante quedó desierto y el poder Ejecutivo hizo uso de la opción en base a la facultad de la Constitución provincial.

Raúl Jalil esperaba la destitución y Rubén Dusso la absolución y restitución del cargo, cosa que finalmente ocurrió. El primero, necesitado por sus urgencias electorales e imagen que están por el piso y el vicegobernador para salvar la ropa de ser el responsable político de colocar un incapaz en el ministerio público. Ropa qué, por otra parte, sigue siendo sucia, por más que los miembros corpaccistas del Iury de Enjuiciamiento le hayan salvado intentado enjuagar con un veredicto disparatado e improcedente por donde se lo analice. Por ahora Dusso respira, porque el revuelo de la absolución de un funcionario incompetente ha tomado ribetes de escándalo, no solo a nivel provincial sino también nacional.

Catamarca está otra vez en la tapa de todos lo diarios y portales del país, dando la nota, de la impunidad de una tierra feudal donde el Código Penal ha sido derogado de hecho y ello, tiene consecuencias políticas, en tanto que los gritos entre el binomio se escucharon hasta en Buenos Aires. Catamarca está en boca de todos, mientras Jalil y Dusso, máximos responsables de la debacle y del bochorno se siguen peleando por los espacios de poder y sobre todo por "las cajas" de toda la provincia. Todo consecuencia del engendro pergeñado por Lucía Corpacci emulando a la faraona de El Calafate.