Nuevamente la intendente de la localidad de Fiambalá, por el Frente de Todos, Roxana Paulón con sus conductas arbitrarias y autoritarias ignora el mensaje que el pueblo le dio en la urnas. Reiterando nuestras anteriores notas, se sabe, porque es voz populi que su triunfo electoral fue más que dudoso. En el recuento perdía la intendencia  y de repente ganó por 15 votos. Pero el resultado real fue el que se dio a nivel concejales donde la oposición ganó y tiene la mayoría, incluso la presidencia le corresponde a juntos por el Cambio.

Y esa es la razón por la que se empeña en gobernar y administrar el distrito ignorando las reglas básicas de la democracia, como es la división de poderes y el respeto por la minorías o mayorías, sea cual fuere el caso. La zancadilla y el golpe artero no son buenas actitudes en los tiempos que vivimos y nunca. Lo triste del caso es que la mandataria municipal no advierte que lo que hace crecer a cualquier distrito es su calidad institucional y que por el contrario, las conductas antidemocráticas lo unico que generan es atraso y postergación. Si transformara su energía maligna en positiva, las cosas serían distintas.

Paulón evitó el acto cívico, cuando reglamentariamente tenia que dejar inaugurado en el nuevo periodo de sesiones del cuerpo legislativo local, ignorándolo por completo. Utilizó argumentos infantiles, decidió permitir que el mismo día que estaba previsto el comienzo de la actividad del Concejo Deliberante, se hicieran presentes numerosos intendentes invitados por las autoridades provinciales, que nada tenían que hacer en Fiambalá, pues Paulón debería haber advertido al ministro Jorge Moreno que ese día no era el apropiado para reunirse. Sin embargo ignoró la fecha local y habilitó la aglomeración de mandatarios municipales en las termas.  De ese modo Paulón encontró la excusa perfecta para sacar el acto cívico del recinto del Concejo Deliberante e ignorar a la mayorías y sin lugar a dudas, a la población, que asistió absorta a otro de sus ya habituales, atropellos.

No sólo invocó la pandemia, como suelen hacer los tiranos autocráticos, Paulón lo es, para cometer sus fechorías, sino que armó un escenario de invitados especiales, habilitó el municipio para una actividad provincial, coincidiendo con la inauguración del periodo de sesiones. Por supuesto que para actividades políticas no exige la DISPO, de ese modo promovió la aglomeración de personas, no dialogó sino que siempre impuso su voluntad, del mismo modo que lo hizo con el turismo, ignorando el acuerdo de las provincias, imponiendo reglas descabelladas de ingreso a la ciudad. El gremio de los municipales, enterado de las maniobras de la intendente, decidió cortar la ruta para impedir el ingreso de los mandatarios foráneos que de esa manera se prestaron para el peor juego.

Para comprender la magnitud de su payasada y en esas penosas circunstancias, el secretario de gobierno municipal les indicó un atajo para esquivar la protesta, pero las cosas no funcionaron bien ya que los vehículos de las comitivas terminaron encajados en la arena (video).  El gobernador Jalil debería tomar nota que La Secretaria de Asuntos Municipales, dependiente del Ministerio de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, hizo coincidir un acto cívico local con una reunión en el complejo termal de  Fiambalá, alterando el ritmo de la agenda local con actividades de provincia. De ese modo, organizando actividades simultaneas, desbarataron los derechos de los ciudadanos fiambalenses.

Por todo ello, Roxana Paulón, es responsable de ignorar al Concejo Deliberante, justamente en el día que se debería inaugurar la actividad  parlamentaria local demostrando una vez más que es una intolerante política en el pleno siglo XXI, ya que permitió una actividad provincial el mismo día que debía inaugurar el periodo de sesiones ordinarias y queda claro que lo hizo ex profeso.

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Es de esperar que los concejales de Frente de Todos, Dra. Mariela Leiva y Luis Aníbal Reales, que tampoco asistieron a deliberar, sean sancionados por incumplir con sus deberes de funcionario ya que pertenecen al cuerpo y su obligación era asistir a la Asamblea de inauguración de las deliberaciones, que tienen el carácter de parlamento, de conformidad a la legislación vigente en materia de normas municipales. (ley orgánica de Municipalidades). Su ausencia, es una clara demostración de la arbitrariedad de la intendente municipal, que utilizó las voluntades de "sus" concejales, para desarticular el acto local.