Nuevamente la sociedad catamarqueña quedó estupefacta con las conductas delictuales de Francisco Gordillo, una bestia a la que Raúl Jalil, Lucia Corpacci y Rubén Dusso siguen sosteniendo contra viento y marea, lo que de algún modo los convierte en cómplices políticos de lo mala persona que es el ex Ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos de y de Educación de Catamarca.

Si un lee y relee que Francisco Gordillo ocupó esos ministerios podría no salir del asombro siendo catamarqueño, porque no deja de sorprender que quienes gobiernan la provincia desde hace tres periodos puedan confiar en alguien cuyas conductas fueron siempre reprochables. El actual jefe comunal de Pomán es el típico “ficha sucia” que sigue en el poder solo por esas rarezas que tienen la corporación política, que a la hora de la “desgracia” cierran filas y apañan al “compañero” que la está pasando mal. Para ellos no importa que la ex esposa, los hijos y los nietos la estén pasando peor.

Uno puede preguntarse ¿De dónde salió Gordillo? Se sabe que el primer gabinete, en gran parte, fue pergeñado por las huestes de Lucía Corpacci, porque no debemos olvidarnos que la ex gobernadora impuso la nefasta presencia de Gordillo en la casi totalidad de sus dos mandatos, ya que es uno de sus hombres predilectos.

Pero ¿Qué nos puede sorprender de Lucía Corpacci, con sus ya habituales contradicciones? En realidad, nada. La senadora nacional votó a favor de la interrupción del embarazo, para decirlo en crudo, estuvo a favor del aborto y cada vez que tiene oportunidad, asiste a las misas relacionadas a las fiestas marianas de la Virgen del Valle, incluso a rasgarse las vestiduras y besar el manto de la Virgen Morena. Ahora lo mismo: Ni una palabra para condenar el accionar violento ejercido por el intendente de Pomán, Francisco Gordillo, contra su ex esposa y madre de tres hijos en común. Las personas que no condenan la violencia hacia una mujer, anteponiendo la amistad carecen de autoridad e idoneidad moral para ocupar cargos públicos. Gordillo, además de su responsabilidad penal, no pueden ejercer ningún cargo público y Corpacci que lo sostiene, tampoco.

Sin dudas que el hijo homónimo del jefe comunal tiene razón. Como es público, en un hecho inusual, el hijo denunció al padre y su relato es verosímil. El accionar delictivo del jefe comunal quedó probado, incluso con claro abuso de poder, al denunciar falsamente a su ex mujer de conductas que no había cometido, pues apareció un testigo que observó la cronología de los hechos y testificó a favor de la verdad.

Es evidente que la policía le teme, pues al tomarle la denuncia, lo hicieron sin dudas, por temor a represalias, sin dejar de considerar que Gordillo, a nivel provincial, sigue siendo poderoso. ¿Quién es Gordillo para obligar a personas a que vivan en otra ciudad o se muden? No puede estar al frente de una comuna quien comete delitos o realiza actos intimidatorios y mucho más grave si esas personas son su familia más cercana, lo que agrava el delito.

Cuando trascienden hechos violentos como el protagonizado por la cobarde agresión del Intendente de Pomán a su propia familia, lo primero que viene a la mente, es el despliegue que hacen las autoridades provinciales con un tema que está mal enfocado. Abuso de su fuerza para lastimar a su ex mujer, además de la presión psicológica que ejerció sobre ella y su eterno. En Catamarca sí el violento es del Frente de Todos, los amigos y compañeros del criminal, cierran filas para protegerlo. ¡Un disparate!

Es decir que lo que escriben con la mano lo borran con el codo. El caso más emblemático es el de la presidenta de la Cámara de Diputados, que llena la mayor parte de su tiempo y de los empleados de presidencia del cuerpo, por cursos y entregas de certificados, papel pintado, y después alardear de esas actividades como si las mismas solucionaran los graves problemas de abusos y violencia que muchos hombres mal educados y con problemas de adicciones los llevan a atentar contra la dignidad de la mujer, en cualquiera de sus aspectos, como es el caso de Francisco Gordillo.

La igualdad de género es una posición ideológica y mediática y el destino de millones de pesos a reeducar compulsivamente el “machismo” y el “patriarcado” no está dando los resultados esperados. Las bestias están por todos lados y no hay ley que los corrija. La única ley es el Código Penal y lo que la Justicia debe hacer con un sujeto como Gordillo es ponerlo preso porque es un peligro para su ex mujer y para cualquier mujer que esté en su vida, sus hijos y para toda la sociedad. Y el gobierno provincial debe removerlo de inmediato.

Sobre el cierre de éste editorial, hemos tomando debida nota de la declaración de Ivana Ibáñez, Secretaria de la Mujer y Género al afirmar respecto al caso Gordillo “Él y todos los funcionarios públicos o personas que ejercen la función pública deben ser un ejemplo de la conducta que deben realizar para erradicar las violencias”. Sería oportuno que Corpacci y Guerrero, repudiaran sus conductas, soltarán la mano de Gordillo y que éste sea removido del cargo de Intendente para ser juzgado como cualquier ciudadano común.