La división se remonta al año 632 y la muerte del profeta Mahoma y la Revolución Islámica en Irán de 1979 marcó el comienzo de un régimen teocrático chiita allí, que actualmente es el centro de los chiitas.

Por otro lado, la guerra en Irak en 2003 también fue un hecho clave. La intervención de Occidente permitió a la mayoría chiita llegar al poder después de años de régimen sunita de Saddam Hussein. Desde entonces, el conflicto entre chiitas y sunitas se intensificó.

Los sunitas son mayoría entre los musulmanes, se estima que el 90% pertenecen a esta corriente y ellos mismos se ven como la rama más tradicional y ortodoxa del Islam. El nombre de suní proviene de la expresión "Ahl al-Sunna", y significa la gente de la tradición.

Veneran a todos los profetas mencionados en el Corán pero principalmente a Mahoma, considerado el profeta definitivo y los demás líderes los ven como figuras temporales controlados por el Estado.

La tradición sunita, tiene su máxima expresión en Arabia Saudita.

En cambio, los chiitas iniciaron como una facción política "Shiat Ali" o el partido de Ali, quien es el yerno de Mahoma, por lo cual los chiitas reclaman su derecho y el de sus descendientes a liderar a los musulmanes.

Ali Ibn Abi Tálib murió asesinado como resultado de las violencia y guerras civiles que marcaron su califato, sus hijos, Hassan y Hussein, se les negó lo que ellos consideraban su derecho legítimo de sucederlo. Se cree que Hassan fue envenenado por Muawiyah, el primer califa de la dinastía Umayyad, mientras que su hermano Hussein murió en el campo de batalla.

Son la mayoría de la población en Irán, Irak, Bahréin, Azerbaiyán y, según algunos estimados, Yemen. Pero también hay importantes comunidades en Afganistán, India, Kuwait, Líbano, Pakistán, Qatar, Siria, Turquía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.