El gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, anunció su dimisión este martes tras una semana de presión por el informe de la Fiscalía que corrobora las acusaciones de acoso sexual a 11 mujeres.

Cuomo, que siguió defendiendo su inocencia durante el discurso de la renuncia, resistió las llamadas a dejar el cargo por parte de su partido, incluida la del Presidente Joe Biden, y estaba dispuesto a pasar por un juicio político de destitución en la asamblea legislativa estatal.

El viernes una empleada, Brittany Commisso, presentó la primera denuncia penal por abuso contra el demócrata. La Jefa de Gabinete, Melissa De Rosa, dimitió el domingo. La dimisión de Coumo será efectiva en 14 días.

El neoyorkino de 63 años, insistió en que todo el proceso ha sido “motivado políticamente” y cuestionó la credibilidad de las pesquisas encargadas por la Fiscalía de Nueva York, de carácter no penal, y lideradas por dos abogados independientes, que se prolongaron durante varios meses.

El gobernador admitió que mantuvo un trato “demasiado familiar” para los actuales umbrales de tolerancia y que hizo sentir mal a las mujeres, la mayoría subordinadas suyas, que lo han denunciado. Pidió perdón, y recalcó: “En mi mente nunca he cruzado la línea”. “Yo abrazo a la gente, la beso, a hombre y a mujeres, siempre”, ha insistido.

Cuomo ha sido un primer espada dentro del Partido Demócrata, amén de un patricio de la política neoyorquina. Hijo del poderoso Mario Cuomo, tres veces gobernador de Nueva York, su nombre solía sonar como posible candidato presidencial cada cierto tiempo.

El documento elaborado por los investigadores, de 165 páginas, describe un ambiente tóxico, de “miedo e intimidación”, idóneo para cometer los abusos de forma impune. “Nuestra investigación reveló que estos no eran incidentes aislados, sino que formaban parte de un patrón de comportamiento”, señaló a la prensa Joon H. Kim, uno de los dos abogados al frente del caso, al presentar el informe la semana pasada.