Los especialistas sostienen que este ataque es el más importante sufrido por Israel probablemente en toda su historia. Este ataque tiene lugar en el cincuenta aniversario de la guerra de Yom Kippur, la que se desató precisamente el 6 de octubre de 1973, ante un sorpresivo ataque de los países árabes. ¿Las situaciones son comparables?

Hay una coincidencia -tal vez buscada- en materia de fechas. Usted sabe que el 6 de octubre de 1973 se inició la Guerra de Yom Kippur, la que fue iniciada por un ataque conjunto por parte de Siria y Egipto en el día en que se observaba dicha festividad, la que probablemente sea la más sagrada para la tradición judía.

Lo que sí es cierto es que al igual que entonces, la sociedad y la prensa del país alertó sobre graves fallas de seguridad e inteligencia en este caso. Las que permitieron que se produjera un ataque con el nivel de sofisticación y las características del registrado en las últimas horas. De todos modos, hay muchas diferencias.

En primer lugar porque en aquel momento la guerra tuvo consecuencias decisivas en la economía global. Usted recordará que en pocas semanas el precio del petróleo se cuadruplicó, como consecuencia del embargo que los países de la OPEP decretaron contra los países que habían asistido militarmente al Estado de Israel. Y ello generó una extendida recesión en los países industrializados y una afluencia enorme de “petrodólares” a los países proveedores de energía. Pero ahora estamos en una situación diferente, toda vez que desde hace unos diez años, los EEUU consiguieron su meta de largo alcance de alcanzar el autoabastecimiento energético. Una circunstancia que en algún punto implica una disminución relativa -reitero, relativa- de la importancia estratégica de Oriente Medio.

¿En aquel momento Oriente Medio era más relevante que hoy?

En alguna medida sí. Porque el mundo ha cambiado en gran medida en los últimos cincuenta años. En aquel momento la guerra de Yom Kippur generó la posibilidad de que se alterara la política de la “Detente” entre los EEUU y la Unión Soviética, la que estaba en pleno desarrollo a comienzos de los setenta. Pero ahora vivimos un contexto diferente. En este momento el mundo asiste a un deterioro en las relaciones entre las grandes potencias. Y en el que el centro de gravedad del conflicto geopolítico podría estar trasladándose al Asia-Pacífico.

¿Quién está detrás de HAMAS?

Indudablemente Irán. Un país que está gobernado desde 1979 por una teocracia fundamentalista islámica que constituye una de las más serias amenazas a la paz y la seguridad internacional. Usted sabe que Irán tiene una vocación de ejercicio de una hegemonía regional que lo enfrenta con los países árabes sunnitas, lo que en el presente histórico explica la rivalidad ancestral entre sunnitas y shiítas. Por supuesto, la perspectiva de un acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudita es contraria a los intereses de aquel régimen.

¿Detrás de todo esto está el hecho de que Irán busca evitar el acuerdo entre Israel y Arabia Saudita?

Mire, lo que es evidente es que Teherán ve perjudicados sus intereses estratégicos en la medida en que los países árabes mantienen más y mejores relaciones con Israel. Usted tenga en cuenta que en 1978, después de los acuerdos de Camp David en tiempos de Jimmy Carter, Israel firmó un acuerdo de paz con Egipto. En 1994, la Administración Clinton logró la firma de la paz entre Israel y Jordania. Y en 2020, gracias a los impulsos de la Administración Trump, se alcanzaron los acuerdos de Abraham que permitieron normalizar las relaciones de Israel con Emiratos Arabes Unidos, Bahrein, Sudán y Marruecos.

¿La guerra de Ucrania influye en todo este proceso? ¿EEUU, Rusia o China pueden tener un rol en este conflicto?

Lo que sucede es que los eventos son inseparables del contexto en el que se producen. Usted tenga en cuenta que estamos viviendo una era de extrema fragilidad del sistema internacional. Ello es la consecuencia, en gran medida, del deterioro de las relaciones entre las grandes potencias del mundo. Usted piense hasta qué extremo se han deteriorado los vínculos entre los Estados Unidos y la República Popular China y entre los Estados Unidos y la Federación Rusa.

En un punto le diría que la debilidad relativa de Rusia es un dato cuyas consecuencias recién podemos estar visualizando. Fíjese lo que ocurrió hace pocas semanas en Nagorno Karabaj donde hay una tragedia humanitaria en curso. Usted sabe que Rusia ha sido históricamente la potencia que ha ejercido un rol de estabilidad en esa región tan complicada como es el Cáucaso. En especial en relación con la situación en Armenia.

Lo mismo ha ocurrido en Medio Oriente, donde Rusia ejerce un rol en ese sentido. Piense el caso de Siria, donde Moscú salvó al régimen de Bashar al Assad. Un régimen que desde luego ofrece enormes cuestionamientos en Occidente pero cuya caída pudo resultar en un escenario aún peor como ocurrió con las situaciones de desestabilización que tuvieron lugar después de la llamada “Primavera Arabe”. Lo cierto es que en este momento el rol de estabilización que ejercía Rusia en la región está deteriorado.

¿Cómo evalúa la reacción del gobierno argentino ante los hechos?

Bueno, por lo menos reaccionaron mejor que hace dos años, cuando en ocasión de un ataque muy importante perpetrado contra Israel por parte de organizaciones terroristas desde Gaza se pusieron a cuestionar a Israel en lugar de condenar al terrorismo.

¿Y qué opinión tiene sobre las reacciones de los candidatos a presidente Bullrich, Milei y Massa frente a los hechos?

Creo que fueron correctas y mostraron el reflejo de actuar con contundencia en materia de condena al terrorismo, respaldo a Israel y solidaridad con las víctimas. En cambio algunos sectores del oficialismo nada dijeron. Lo que demuestra un desinterés ante un hecho de una enorme gravedad. Pero bueno, usted sabe la historia siniestra que rodea al kirchnerismo con respecto a este asunto. Cristina Kirchner firmó un pacto con Irán. ¿Usted sabe de lo que estamos hablando? Irán es un país dominado hace más de cuatro décadas por una teocracia que fomenta la destrucción de Israel….

Massa incluso escribió un tweet diciendo que propone el envío de ayuda humanitaria…

Me dijeron y me llamó un poco la atención. Creo que lo debe haber escrito con buena intención porque siempre ha sido atento con esta problemática, a pesar de que pertenece a una coalición plagada de kirchneristas que han llegado a firmar un pacto con Irán. Pero en cualquier caso, lo que ocurre es que dicha ayuda puede tener un alcance limitado, por decir lo menos. Usted recuerde que estamos hablando de un país que tiene un PBI per cápita de cincuenta mil dólares. Israel hoy tiene un PBI per cápita mayor que Francia, Italia, España. El PBI de la Argentina es de solo diez mil dólares per cápita, de modos que estamos hablando de un país que es cinco veces más rico.

¿Qué piensa que debería hacer un próximo gobierno en materia de lucha y prevención del terrorismo?

En primer lugar condenar abiertamente el accionar del terrorismo. Como hizo el gobierno del Presidente Macri cuando formó el Registro de Personas y Entidades vinculadas al Terrorismo y su Financiamiento y se declaró a Hezbollah en esa instancia. Debería hacerse lo propio con Hamás. Y por sobre todas las cosas rechazar los vínculos con estados promotores del terrorismo, como el caso del régimen de los Ayatolas de Irán.

La Argentina ya fue víctima del accionar terrorista. El gobierno elevó la seguridad en entidades de la colectividad judía en las últimas horas. ¿Usted cree que la Argentina está expuesta a este tipo de peligros?

Aquellos hechos demostraron hasta qué punto nadie es ajeno a los riesgos que existen en el mundo. Ello implica que ninguna sociedad puede estar enteramente aislada respecto a lo que sucede en el resto del mundo. Le voy a decir algo más. Fíjese que los temas de política exterior y de defensa ni figuran en los debates presidenciales. Eso es lamentable y refleja la idea de un país aldeano, chiquito y ajeno a toda idea de grandeza. Usted tenga en cuenta que el general Perón decía que la política internacional era la única política en sentido estricto y que el resto era cosa de provincias.