Casi no quedan dudas que Marcelo Gallardo fue el mejor director técnico en toda la historia del Club Atlético River Plate. Incluso superando a una leyenda, como fue el caso del mítico Angel Amadeo Labruna, que brilló al igual que Gallardo, como futbolista primero y como técnico después.

Para superar al Muñeco Gallardo, algún técnico de los siguientes deberá esforzarse al máximo para lograr igualar o superar los ochos años de éxitos ininterrumpidos, donde la institución vivió momentos de gloria y esplendor.

Pero todo tiene un precio en la persona que conduce. Los ciclos tienen puntos culminantes y muchas veces comienza el declive, propio del deber cumplido y de la falta de nuevas expectativas que colmen los deseo de salir campeón siempre, cosa que es imposible de lograr. por eso después de esos cansadores 8 años y al observar que las cosas comenzaban a complicarse con una floja campaña, entendió que era el momento de partir y así ocurrió.

Marcelo Gallardo se tomó su merecido descanso, se fue de vacaciones, disfruto de su familia como hacía muchos tiempo que no lo hacía. Viajó por el Mundo, fue al Mundial y como todo técnico de fútbol exitoso, comenzó a recibir propuesta y ofertas laborales que una a una fue descartando, porque el sabía lo que quería: algo grande, un proyecto bien regado y largo plazo. Ya tendría todo acordado para ser el nuevo director técnico del Chelsea.

El equipo dirigido por una leyenda del fútbol alemán, Frank Lampard, pero en forma interina hasta fin de temporada perdio el tren de la Liga de Campeones de Europa al caer eliminado frente al Real Madrid por un global de 0-4, de manera que los tiempos de Gallardo se acortan y la gran noticia del fútbol mundial es inminente. Enhorabuena, Gallardo se lo merece.