La dolorosa sensación de la pérdida irreparable ante la evidencia de la injusta y demencial acción criminal que ni siquiera guarda una lógica delictiva, más bien coloca a los ejecutores en la categoría de animales carroñeros. En tres minutos de diferencia entre los ataques para robar dos autos, cabe preguntarse si la magnitud de los “botines”, si la capacidad de reducirlos y transformarlos en plata sucia es parte del perfil de los mal vivientes.
Es fundamental entender por completo el caso y los casos, como parte del deber ser de las agencias de seguridad del estado, es fundamental mantener el aplomo, el foco en el asunto, en el trabajo de cuidar la seguridad de los ciudadanos.
Las metáforas, los sustantivos y las promesas no deberían ser parte de ningún proceso para tomar decisiones porque simplemente alejan y descolocan. Solo con leer declaraciones públicas, mensajes en redes sociales y gestos demagógicos por doquier que acumulan las patrañas intelectualmente cómplices, si es que existe una complicidad no voluntaria y solamente como accidente del intelecto.
Jurar con lealtad y patriotismo… es la fórmula de rigor y el primer acto de rigor con la lealtad es con uno mismo pero es mucho pedir, es exagerado tal vez pretender semejante desprendimiento del ego, es este el que tiñe de autoengaño haciéndonos sentir maravillosos y seres elevados más allá del común de los mortales, si señores somos mortales aunque para darnos cuenta tengamos que ver a la muerte sacudiéndonos.
Trabajar anticipando, neutralizando, dificultando es parte del deber ser de cualquier funcionario de seguridad, independientemente del rol que ocupe ya sea porque alguien le otorgo la confianza ya sea porque se quemó las pestañas u otras partes de cuerpo en su carrera profesional. Ahora bien, es interesante como ese deber ser se transforma en el deber es y lo potencial se transforma y se conjuga en presente.
No se ve con claridad un cambio de actitud en lo profundo de la conducción, por lo contrario, el efectismo cobra cada vez mas protagonismo y el crimen organizado se fortalece sin dar evidencias, solo aprovechando, mientras algunos “nuevos funcionarios” destapan champagne y se vanaglorian con elogios entusiastas del círculo de amigos.
No termina acá la cuestión, es mucho más profunda la carencia, traspasando colores de uniformes algunos muy superfluos y hasta atípicos en la geografía urbana; ni que hablar de los actos para-militares de una autentica “locademia” y desbarajuste de funciones; del agua a la tierra y el de la tierra al pavimento.
Toda una combinación de factores perversamente manipulados por una mano invisible conectada a un mecanismo que arrastra una fuerte ideologización sumamente perversa que reclama respuestas para después condenarlas y el resultado es mas víctimas, más violencia, más dolor. Así es, somos MORTALES.
Carlos Argentino López
Especialista en Seguridad
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