¿A cuántos de los espacios políticos con un caudal relevante de votos podemos observar esta vocación por el poder?

El senador nacional Flavio Fama que en sus alocuciones no pudo salir del esperpento provincial, quien no pudo creer que una gran masa de catamarqueños estuviera conforme con la gestión del gobernador. Nobleza obliga también admitir que la gente tampoco los eligió a ellos. Sin el aparato universitario y el cada vez más reducido bloque opositor en las cámaras de la legislatura provincial, se impuso el sector libertario como tercera fuerza, una buena parte de las críticas proferidas por JxC fueron a parar a este nuevo sector político.

Pero la mala performance de Juntos por el Cambio a nivel provincial no puede explicarse solo en base a factores externos. Los que se creían dueños de un caudal de votos aun no salen de su sorpresa que la dinámica de eternas internas lejos de sumar restó antes, y ahora aún más. Sin embargo, si analizamos como gobierno provincial y universidad – dos espacios dónde el oficialismo y JxC ejercen tareas de gestión- se manejaron en los últimos tiempos no hay grandes diferencias. El mismo discurso a favor del mismo modelo minero que ha sido negocio de unos pocos, nombramientos irregulares y nepotismo norteño.

Las interpretaciones de estos hechos pueden ser disimiles, una primera actitud es de quienes preconizan los factores externos, los caracteriza una actitud de indignación que, si no es sesuda, es patética, ya que se sienten despojados de lo que por derecho creían era un caudal de voto que llevaba su sello. Lo cierto es que el tradicional piso radical catamarqueño del 25 al 30%, alcanzó sus limites históricos, un exponente de esto es el diputado José “Chichi” Sosa quién en su ahínco contra los libertarios, lo acerca cada vez más a los mismos planteamientos del justicialismo.

La segunda actitud podríamos definir como abnegada, representada por el ganador de batallas pírricas como lo es Flavio Fama, podría definirse como el adalid de la interna eterna, lo cierto es que su sector representa una UNCa que lejos de estar en el discurso alfonsinista y radical de izquierda como lugar convocante de la educación pública y gratuita, representa un espacio en el que no prosperan el grueso de los jóvenes catamarqueños (que si deciden continuar estudios superiores prefieren los IES), ya que la misma universidad pública es un órgano que estructura las desigualdades. El ornato y la escasa apertura de su espacio sumado a una estructura cerrada y aristocrática como es la UNCa convirtió a Fama y Monti en líderes de un posible espacio moribundo.

Una tercera actitud vendría de los insípidos, el sector de Rubén Manzi y Marchioli, adalides del centrismo de Larreta, quienes pudieron juntar un buen número de parlamentarios ignotos como Thiago Puente, o diputados del PRO que no los conoce ni la Virgen del Valle como Natalia Saseta y Enrique Cesarini. Si Fama y Monti representaban un sector dispuesto a las internas, crítico en sus formas, pero totalmente herméticos -con la estructura universitaria que les da cierta relevancia-; el sector de Manzi representa el hermetismo más la rosca, desde personajes tan pintorescos como Enrique Cesarini llamado el bocón para amigos, pero cuya voz es más desconocida que la del Obispo Urbanc ante la pobreza rampante de Catamarca y con fuertes vínculos con el peronismo, Thiago Puente cuyo mayor mérito fue distanciar la Franja Morada de la juventud radical. Para estos la irrupción de Milei es un tsunami que nadie veía venir, más aún podría decirse que son el fruto de la emocionalidad y una amenaza a los juegos que se encuentra habituados.

¿Qué tiene en común todo el arco de Juntos por el Cambio? Se encuentra ausente la vocación de poder, a ello le sumemos la irrupción de una nueva fuerza radicalizada y populista que cataloga a oficialismo y oposición como “la casta” o el antipueblo. ¿Pero adonde lleva todo esto? Si hay lecciones salvando distancias es la desaparición paulatina de Ciudadanos en España, cuyo comportamiento resulta bastante parecido al de JxC catamarqueño. Preocupados por la performance parlamentaria, incapaces de presentar nuevas propuestas superadoras como alternativas de gobierno, un coqueteo constante con el gobierno español en desmedro de sus roles de opositores, trajeron consigo la validación del oficialismo español, para los cuales se sumó la voracidad de las fuerzas de ultra derecha las cuales aun no pudieron legitimarse totalmente en la sociedad española como alternativas creíbles de gestión.

Sin embargo, la bibliografía respecto a los movimientos electorales opositores cuyas actitudes se parecen bastante al oficialismo, señala que ante tantos parecidos la gente prefiera o vote lo que ya está gobernando. ¿Qué diferencia hay entre Thiago Puente, Natalia Saseta respecto al aborto con los candidatos de Union por la Patria? NINGUNA, una bandera que el mismo justicialismo capitalizó ¿Qué diferencia hay entre el grueso del aparato radical con la paridad de genero en las cámaras? NINGUNA, una bandera que el mismo justicialismo capitalizó ¿Qué diferencia hay de Fama, Manzi y Monti con respecto a la política minera del estado provincial? Tan solo en actos, pero en esencia NINGUNA. ¿Qué diferencia hay entre el nepotismo del estado provincial y la falta de transparencia en concursos docentes y otros hechos en la universidad gobernada por Fama? NINGUNA, tan solo en dimensiones.

No me atrevo a hacer un análisis de lo que pasó a nivel nacional el mismo ameritaría otra columna, y nobleza obliga a coincidir con muchos de los planteamientos que tienen los dirigentes de Juntos por el Cambio -como los que tienen actualmente Ciudadanos de España-sobre Milei y como este será fagocitado por el mismo sistema político. Pero si me atrevo a decir que si los factores internos no se tienen en cuenta estamos viendo apenas la mitad de la moneda.

Para Adrián Brizuela fundador y candidato del partido libertario “el peor gobierno de la historia le dejó la pelota frente al arco vacío a los dirigentes de JxC pero estos la tiraron a la tribuna”. Me atrevo a decir que le tiraron al palo del arco y en tiempos de crisis y radicalización nadie perdona al centro extremo.

Escrito por Gustavo Gabriel Acosta (*)

(*) Arqueólogo, especialista en antropología del arte y complejidad social

cursando el doctorado en Antropología en la UNCA