María Alicia González es licenciada en Ciencias de la Educación especialidad en metodología de la investigación por la universidad Nacional de Lanús, a su vez cuenta con una Maestría en Metodología de la Investigación Científica en UNLAR, Doctorado en Honoris Causa Internacional, Doctorado en Filosofía de la Educación, y miembro honorable de la Academia de Educación. Y por último doctorado en Educación por la Universidad de Santiago del Estero.

La pandemia ha cambiado los esquemas en distintos sectores, precisamente en materia de educación implico nuevos desafíos. La Dra. González, en alusión a las consecuencias del sector, señaló que “lo tomo como una gran oportunidad de cambio que nosotros los que nos dedicamos a esto sabíamos que tenía que llegar en algún momento, no de esta manera con tanto dolor y perdida pero desgraciadamente, de la mano de una situación dolorosa, se tenía que dar porque todos sabemos que estábamos en un sistema educativo montado en el siglo 19 transitado las necesidades de un siglo 21.

La gran deuda es el debate educativo: “hoy para atrás nos volvemos, esta es la nueva realidad que vivimos, entonces nos merecemos debates en todos los niveles y ver como seguimos, pero no parches, basta de parches porque nos lleva a la continua improvisación”.

En cuanto a los programas educativos indicó que “nos hace falta en trabajar en colaboración con una política educativa nacional y provincial clara, que nos ayude a poder cumplir este reto que hoy se nos presenta. Por ahí quizás los proyectos y programas nacionales tienen que sufrir los cambios que cada jurisdicción necesita darle, no se pueden bajar programas y proyectos enlatados con un contexto diferente a la que vive cada provincia. Es una deuda de años, el currículo escolar tiene distintas bajadas y la ultima es el aula y antes de llegar ahí sufrió procesos que tiene que hacer el equipo educativo de cada jurisdicción provincial porque cada una tiene connotación social económica cultural diferente”.

“La tecnología es una herramienta de mejora de la educación, entonces hay que mirarla, no como ojos de enamoramiento, sino como una herramienta que la pongo en función de acuerdo al contexto que tengo”.

En ese sentido agregó: “hoy por hoy si no somos conscientes los educadores que lo único que nos queda a nosotros como pueblo y nación es reconocer que la educación es lo que nos va a permitir salir en el mal momento que vivimos, es una mirada que me tiene a mi desafiar de seguir actuando y mejorar. Lo peor que nos puede pasar es que la educación no llegue y que no se cumpla este derecho que tiene el estudiante”.

“Hay intentos de tapar lo que va sucediendo y eso hace que al no haber un proyecto y programa hace que el docente este totalmente desbordado. El tiempo y el espacio se han caído totalmente. El chico manda la tarea por WhatsApp a las 3 de la mañana y el docente desbordado sin saber que hacer.  Es fácil sacarse la foto entregando el dispositivo, pero después la escuela no tiene luz, wifi, acceso a internet y se queda todo en la nada… entonces si queremos salir de esto y apostar a una educación de calidad, estos factores lo tenemos que ver”, concluyò.