Así, la Argentina se convirtió en el país con mayor tiempo de permanencia en la Antártida, y es hoy también el país que más bases tiene en el continente: seis estaciones permanentes y siete temporarias que sólo abren en verano. El establecimiento de nuestras bases antárticas, durante los años ’40, ’50 y ’60, permitió a la Argentina instalarse en distintas zonas del denominado Sector Antártico Argentino, que reivindica.

Junto al secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, representantes de diferentes ministerios, de las fuerzas armadas, del cuerpo diplomático acreditado en nuestro país, así como de investigadores y expedicionarios, el canciller Felipe Solá ratificará el compromiso de la Argentina con los objetivos del Tratado Antártico y con los derechos de soberanía de nuestro país en el llamado “continente blanco”. Como reconocimiento a ese trabajo y a ese compromiso, nuestro país es sede de la Secretaría Ejecutiva del Tratado (www.ats.aq).

Desde 1951, bajo la presidencia de Juan Domingo Perón, la Argentina desarrolló una actividad científica pionera con visión de futuro. Aquel año fue fundado el Instituto Antártico Argentino, que permitió desplegar el destacado trabajo de sus investigadores. Con el tiempo, además, se destacaron muchas expediciones argentinas, entre las que se destacan la expedición por tierra al Polo Sur, con Gustavo Giró Tapper y su comandante, el General Jorge Leal, y el primer vuelo transpolar, con Mario Luis Olezza y Gustavo Argentino Marambio.

En diciembre de 2019 el Tratado Antártico celebró los 60 años de su firma. Este instrumento ha generado normas específicas que hoy integran el "Sistema del Tratado Antártico",  por el cual la Antártida es un continente dedicado a la paz y a la ciencia por medio de la cooperación internacional, y tiene a la protección del medio ambiente como uno de sus pilares.

La política antártica argentina constituye una verdadera política de Estado tanto en su faceta interna como exterior, que es conducida desde la Cancillería, y que está basada en dos pilares fundamentales: el afianzamiento de los derechos soberanos de nuestro país en la Antártida y el fortalecimiento del Sistema del Tratado Antártico. A través de la actividad científica y logística desarrollada desde estas bases por científicos del Instituto Antártico Argentino, nuestro país ha consolidado su presencia, su actividad y, en definitiva, su reivindicación territorial en el continente blanco.