Inicialmente oyeron los rugidos del leopardo, pero pronto el lugar se convirtió en absoluto silencio. Los colonos llamaron a las autoridades para cuidar al felino, pero tardó más de 5 horas en llegar.
Cuando los expertos llegaron, lo primero que hicieron fue insertar una cámara para ver si el perro todavía estaba vivo y averiguar cómo proceder. Pero su sorpresa fue ver que ambos animales estaban completamente quietos y en silencio el uno al otro en una esquina del baño.
El dueño de la casa, con la intención de que el gato no hiciera daño a nadie, cerró la puerta del baño y dejó a ambos animales
El perro mantuvo sus ojos en el suelo y sus orejas hacia abajo, probablemente envuelto en pánico. A su vez, el leopardo, ciertamente muy hambriento, podría haberse abalanzado sobre el perro en cualquier momento para devorar, pero por alguna razón, no lo hizo.
La estrategia para capturar al leopardo era usar una red enorme, pero cuando quitaron el techo del baño para hacerlo, el gato se volvió más ágil y terminó corriendo de vuelta a la naturaleza. El perro salió ileso.
Los expertos en el tema creen que el rendimiento del leopardo se debe al hecho de que estas especies de animales salvajes son extremadamente sensibles a la libertad, que cuando se los quitan puede sufrir mucho estrés que hace que se olviden de comer ya que dan prioridad a ser libres nuevamente. Recuerda que los grandes gatos salvajes (no en cautiverio) viven en una constante lucha diaria por sobrevivir y este leopardo sintió que su vida estaba en peligro.
Otro dato interesante es que este leopardo probablemente no atacó al perro porque estar encerrado en ese baño no tenía una ruta de escape para conseguir su "comida" de forma segura. Una de las estrategias de los leopardos es escalar su presa a los árboles, para evitar que otros depredadores se los lleven.
                
        
    
            
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