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"Mi vida ha sido una sucesión de auroras", dijo Rosario Mendiguren

El guión de preguntas está frente a mí. Al otro lado de la pantalla está Rosario Mendiguren, una escritora argentina. Vamos a hablar de sus libros, sus diversos textos publicados y otros aspectos de su vida.

Sin embargo, lo que sería una simple charla se ha convertido en algo mucho más grande. Hablar con Rosario Mendiguren es como abrir un libro que no puedes dejar de leer. Y como excelente escritora,  cada respuesta a mis diversas preguntas,  generaron más y más preguntas. Así, el guión que yo había establecido previamente, se perdió en medio de una narrativa fascinante.

Rosario tiene ese raro don de transformar una simple caminata al aire libre en un maravilloso texto lleno de poesía. No en vano inicié la entrevista, que salió al aire el 24 de julio, a través de una radio de Catamarca, presentándola cómo  "una escritora argentina que pone el alma en cada línea que escribe".

Rosario Mendiguren nació en Tandil, provincia de Buenos Aires, el 7/10/1958.  Su pasión por la literatura comenzó cuando era niña, y empezó a conocer el mundo de las fantasías y de los personajes.

"La primera vez que narré en la escuela primaria, en una de esas redacciones de primaria que nos pedían los maestros, comencé a disfrutar escribir. De adolescente, etapa difícil, leí mucha poesía, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, y comencé a escribir poesía. Una amiga y yo escribíamos poemas. Leíamos juntas, compartíamos textos. De adulta, por la vida y su ritmo vertiginoso, con el desarrollo profesional y la familia, quedó un poco aletargado el escribir. Me gustaba ser mamá, llevar adelante la familia. Quedó como un sueño a cumplir" contó Rosario.

En su adolescencia, completó aproximadamente diez cuadernos con poemas, de cien hojas cada uno. Un verdadero tesoro. Su pasión siempre ha sido la poesía:

"Me gusta escribir poesía. Más que escritora, soy poeta. Escribir sobre lo que siento, sobre lo que vivo, casi cotidianamente lo hago".

Rosario actuó como profesora en tres niveles de enseñanza, desde el año 1982 hasta 2014, en cátedras de Biología, Salud, Físico-química, Didáctica de las Ciencias, Metodología de la investigación y otras. Es curioso, porque a los que les gusta leer, escribir, no suelen gustarles las fórmulas.Este no es su caso. Y explica:

"Hoy veo que un joven de 18 años, para elegir su carrera, aún es demasiado temprano. Me costó mucho decidir entre las Ciencias Naturales o las Letras. Me decidí por Ciencias Naturales".

Cuando a Rosario la llaman escritora, no está de acuerdo:

"No me considero escritora. Soy narradora, me gusta escribir sobre las cosas que veo, sobre sentimientos, sobre la vida, pero creo que el título de escritora  me queda muy grande".

Sí, además de talentosa, Rosario Mendiguren también es modesta ...

Fascinada, escuché a la escritora contar su carrera como profesora. Rosario ha enseñado durante más de 32 años a adolescentes y jóvenes en general. La decisión de dejar su carrera le costó mucho. Podría haberse retirado con 50 años, pero lo hizo a los 55 años. Ella explica:

"El vínculo que se genera entre el profesor y los alumnos es un vinculo potencialmente inspirador. Yo creo que una persona que se va a dedicar a la docencia, tiene que tener consciencia del papel importante que cumple. No solamente para la institución, sino  fundamentalmente para los alumnos, porque aparte de ser una vocación,  es un privilegio estar formando a adolescentes, y una responsabilidad enorme, porque uno como profesor genera en los alumnos, según lo que a cada alumno le guste o se incline,  una influencia muy amplia, con sus actitudes, valores, incluso en la interpretación emocional de infinidad de situaciones".

Y agrega, siempre hablando con propiedad y belleza:

"Los docentes deben hacer una introspección y una reflexión permanente sobre sus aciertos y errores, porque los docentes son seres humanos y por supuesto cometen errores. Aceptar que se puede equivocar y también aceptar que los alumnos se pueden equivocar".

"Hay una serie de pilares que hacen la docencia, pero lo más importante es la paciencia. Yo siempre tuve con los alumnos infinita paciencia".

"Me cruzo siempre con ex alumnos y siento que me han dado muchas satisfacciones y en ellos hay reconocimiento . Creo que ese es el premio mayor para un docente".

Como es típico de las mentes brillantes e inquietas, Rosario también estudió otros idiomas: francés en la Alianza Francesa e italiano en la Academia Dante Alighieri. ¿Por qué eligió estos dos idiomas?

"Italiano porque soy descendiente de italianos, mis ancestros maternos eran italianos. Y porque es una lengua latina, y tiene mucho que ver con nuestro idioma.  Es una lengua romántica, tiene sonoridad, tiene música, y además, escritores eternos, pensadores medievales y de todas las épocas han sido italianos, y aparte tiene una  riqueza conceptual increíble. Todo tiene que ver con las artes y manifestaciones culturales".

Y acotó... "La segunda lengua que tiene sonoridad y que es romántica es el francés, y quién sabe español le resulta bastante más fácil estudiar las lenguas latinas. Y la próxima que me gustaría estudiar es el portugués. Me encantaría".

En cuanto a la fotografía, otro de sus intereses, la escritora también explica con su forma particularmente poética:

"La fotografía es arte, así como escribir es arte, pintar es arte, la música es arte, la fotografía es arte".

"Creo que las imágenes que uno puede captar a través de la fotografía muchas veces coinciden con la descripción de una narración, de un párrafo, de un poema".

"Soy una narradora que pone muchos detalles del entorno, incluso en todas las cosas que imagino  alrededor. También hay imágenes en mi mente, en mi interior".

En ese momento, Rosario nos pidió que cerraramos los ojos para leer un poema. Nos pidió que dijéramos si  el poema no era una fotografía. Sin duda, una fotografía con movimiento. Hermoso. Profundo. Podríamos quedarnos allí, escuchando sus poemas con los ojos cerrados, durante mucho, mucho tiempo.

Rosario Mendiguren publicó dos libros de relatos "Vidas Cercanas", y también el libro "Sencillamente... mujeres".

"Vidas Cercanas", que  es el nombre de su página en Facebook, y de su primer libro, es una compilación de cuentos y narraciones. ¿Cómo nació la idea de escribir "Vidas Cercanas"?

"Después de retirarme de mi actividad docente, en menos de un año falleció mi mamá,  y en el dolor infinito...en el duelo por perder la madre...emociones tan intensas...pensé que tenía  que potenciar eso,  transformar ese dolor, eso que sentía en algo positivo, transformarlo en algo constructivo, y ahí  empecé a escribir los relatos que están en mi primer libro".

En esta obra, hay claras huellas de la llamada Psicogenealogía. Particularmente, desde que tuve mi primer contacto con el tema, a través de Gastón Passeggi (quien también me acompañó en la entrevista con Rosario Mendiguren), siempre surge ese tema apasionante.

Rosario explicó que,  antes del fallecimiento de su mamá,  comenzó a buscar y reconocer las raíces de su familia tanto materna como paterna, sus ancestros. Con esa inquietud, terminó construyendo el árbol genealógico de su familia. Y ahí empezó a escribir historias relacionadas con los grandes temas de la Psicogenealogía.

"No soy especialista en Psicogenealogía, pero me di cuenta que estaba instintivamente escribiendo sobre el tema. La Psicogenealogía sirve para sanar los vínculos. Conocer las historias  que nos siguen afectando, aceptarlas y así sanarnos”.

"Los secretos de familia se transmiten en el inconsciente. No se habla la verdad frente a frente. Se guarda durante generaciones, y estoy convencida que provoca enfermedades en muchas personas. No se puede esconder bajo la alfombra lo que es un grito a viva voz".

La Psicogenealogía también ha sido importante en la elaboración de su segundo libro: "Sencillamente...Mujeres", el cual narra las historias de veintiún mujeres que tienen en común su origen étnico, son descendientes de vascos, la mayoría, hijas, nietas o bisnietas de emigrantes de Vizcaya, radicados en la Argentina, a finales del siglo XIX.

En la portada de "Sencillamente ... Mujeres" aparece la foto de una mujer de tiempos antiguos, a pesar de vestir una ropa aparentemente moderna para la época. ¿Quién es esta mujer?

"Una de las historias del libro es de esa mujer, mi tía Hilda, una de las hermanas de mi papá.   Puse la foto de mi tía, primero porque la amaba, un ser entrañable, de una mirada dulce, transparente, pura. Pura entrega como madre, como hermana, como hija, como tía, y realmente tengo los mejores recuerdos de ella, a parte de ser una persona importante en mi vida. Quedó viuda muy joven, con tres hijos muy chiquitos”.

"El libro en sí es un homenaje a mi abuelo Pablo y a todas las mujeres de mi familia, luchadoras, fuertes, aguerridas, pura entrega, amor incondicional. Mujeres descendientes de vascos que emigraron a la Argentina en la segunda gran inmigración" contó Rosario.

¿Y la historia de Rosario Mendiguren... está en el libro?

"Estoy con un nombre ficticio, Aurora. No lo elegí al azar...Aurora es mi vida. Mi vida ha sido una sucesión de auroras".

No por coincidencia, sino por sincronicidad, como explica la Psicogenealogía, el día en que Rosario Mendiguren presentó ese libro en el país vasco, justamente coincidía con un día de repetición.

"Estaba repasando las notas como las había escrito, y de golpe, mirando una foto antigua de mi abuelo, que había salido en un diario, en que aparecía su fecha de nacimiento y de muerte, me di cuenta que mi abuelo nació y murió en el mismo día....Y era el día que yo estaba presentando mi libro en la tierra donde él había nacido”.

El tema de la Psicogenealogía también está presente en los dos próximos libros de la autora, que aguardan el final de la pandemia para publicarse: un poemario, "Eso que Somos", y la novela "No te pierdas el tren". El primero, una colección de 60 poemas, completada cuando Rosario cumplió 60 años, lleva el nombre de un poema dedicado a sus hermanos. El segundo es una novela, cuyo título se inspiró en una frase que la escritora rescató de una de las muchas conversaciones con su hermana.

Solo puedo terminar esta nota escribiendo que fue un honor conocer a una mujer fuerte, luchadora e inteligente como Rosario Mendiguren.

Aurora, ¡muchas gracias!

 

 

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