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Sociedad

“Que los jóvenes estén capacitados con el don de profecía en medio de este mundo tan necesitado de Dios”

Durante la noche del sábado 4 de diciembre, en el sexto día de la novena en honor de la Pura y Limpia Concepción del Valle, se celebró la Santa Misa de homenaje de los jóvenes, en el Paseo de la Fe, donde se concentraron horas antes para realizar actividades previas propuestas por la Pastoral de la Juventud.

La Eucaristía fue presidida por Mons. Carlos Sánchez, Arzobispo de Tucumán, y concelebrada por el Obispo anfitrión, Mons. Luis Urbanc; el Obispo Auxiliar de Tucumán, Mons. Roberto Ferrari; el padre Rafael Navarro, también de la vecina arquidiócesis, y sacerdotes del clero catamarqueño, entre ellos el Rector de la Catedral Basílica y Santuario Mariano, Pbro. Gustavo Flores: y el Asesor de la Pastoral Juvenil, Pbro. Eugenio Pachado.

Participaron seminaristas, jóvenes de distintos instituciones, movimientos y grupos parroquiales, peregrinos y fieles en general.

En su homilía, Mons. Urbanc se dirigió especialmente a los jóvenes que rendían homenaje a la Virgen. “«Cruzar el umbral para compartir y servir» es la temática que hemos abordado en esta jornada. Hermosa invitación para todos, pero sobre todo para ustedes, queridos jóvenes. Desde ya tienen que animarse a cruzar el umbral del falso respeto humano, del miedo, la vergüenza, el qué dirán, la comodidad, el ‘no te metas’ y la cobardía, para ir a compartir y servir”, les dijo.

Siete consejos

Después, el Obispo les recordó que el Papa Francisco “en el mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud de este año, que se celebró a nivel diocesano, les dio siete consejos, a saber: «1.- ¡Levántate! No puedes quedarte tirado en el suelo sintiendo pena de ti mismo, ¡hay una misión que te espera!” - 2.- “Levántate y testimonia tu experiencia de ciego que ha encontrado la luz, que ha visto el bien y la belleza de Dios en sí mismo, en los otros y en la comunión de la Iglesia que vence toda soledad”. - 3.- “Levántate y testimonia el amor y el respeto que es posible instaurar en las relaciones humanas, en la vida familiar, en el diálogo entre padres e hijos, entre jóvenes y ancianos”. - 4.- “Levántate y defiende la justicia social, la verdad, la honradez y los derechos humanos; a los perseguidos, a los pobres y los vulnerables, a los que no tienen voz en la sociedad y a los inmigrantes”. - 5.- “Levántate y testimonia la nueva mirada que te hace ver la creación con ojos maravillados, que te hace reconocer la tierra como nuestra casa común y que te da el valor de defender la ecología integral”. - 6.- “Levántate y testimonia que las existencias fracasadas pueden ser reconstruidas, que las personas que ya han muerto en el espíritu pueden resurgir, que las personas esclavas pueden volverse libres, que los corazones oprimidos por la tristeza pueden volver a encontrar la esperanza”. - 7.- “¡Levántate y testimonia con alegría que Cristo vive! Difunde su mensaje de amor y salvación entre tus coetáneos, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en el mundo digital, en todas partes»”.

Luego de otras reflexiones, pasó a referirse a las lecturas de la Santa Misa. “Todos los textos bíblicos que han sido proclamados tienen como tema común y propio de este segundo domingo de Adviento la preparación o conversión del corazón para recibir la acción salvadora de Dios que viene. Se describe la eficacia de esta acción divina que puede trasformar nuestra situación de lágrimas y duelo en situación de alegría y cantos”.

 

La esperanza del Adviento

Más adelante señaló que “la esperanza en Dios, en su venida, despierta alegría y entusiasmo. Él puede cambiar lo que para nosotros es imposible. Él y sólo Él puede traernos la salvación. La esperanza del Adviento radica en poner nuestra confianza en Dios, tan seguros de su amor misericordioso que, aunque vivimos en el ‘ya pero todavía no’, nuestro corazón se llena de alegría”.

Posteriormente afirmó: “El desafío de la fe consiste en creer en la acción de Dios, en su misericordia. La medida de esta fe será la medida de los frutos del adviento y de la navidad en nosotros, pues se obtiene de Dios cuanto de Él se espera”.

Como cada noche, concluyó su predicación elevando una súplica a la Virgen: “Querida Madre de los jóvenes, escucha sus clamores, dales la fuerza que necesitan para ir madurando el proyecto que Dios tiene asignado para cada uno de ellos, a fin de que estén capacitados con el don de profecía en medio de este mundo tan necesitado de Dios y de testigos de su amor misericordioso. Tú sabes cuánto, los jóvenes te necesitan para hacer que la Iglesia tenga siempre un rostro joven y servicial. ¡Madre, ayúdalos! Amén”.

 

Saludo de Mons. Sánchez

Luego de la bendición final, Mons. Carlos Sánchez expresó: “Es una dicha poder compartir junto al padre Roberto esta Eucaristía con ustedes en esta novena de la Virgen del Valle, y nos encomendamos a sus oraciones”. También dijo que en “todo el norte argentino la tenemos por Madre y Ella nos sigue amparando, cuidando”.

“Le damos gracias a Dios por esta hermosa fiesta, sigamos haciéndole caso a la Virgen, haciendo todo lo que Jesús nos diga, muchachos y chicas, para que podamos ser felices y construir el Reino del Señor”.

 

TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA

Queridos Devotos y Peregrinos:

                                                            Hoy rinden su homenaje a la Virgen del Valle los jóvenes, por eso están presentes miembros de la pastoral juvenil y vocacional. También los seminaristas y egresados de este año lectivo. Bienvenidos a esta celebración y que la disfruten en el Señor Jesús.

            “Cruzar el umbral para compartir y servir” es la temática que hemos abordado en esta jornada. Hermosa invitación para todos, pero sobre todo para ustedes, queridos jóvenes. Desde ya tienen que animarse a cruzar el umbral del falso respeto humano, del miedo, la vergüenza, el qué dirán, la comodidad, el ‘no te metas’ y la cobardía, para ir a compartir y servir.

            El Papa Francisco, el pasado 2 de octubre, les dijo que utilicen sus “dones para corregir los errores del pasado” y tender hacia una nueva economía más sostenible e inclusiva y que proteja el medio ambiente, y les advirtió que “son, quizás, la última generación que puede salvarnos”. Así que nada de mirar a otro lado, o simplemente dejarse llevar por la corriente

En el mensaje para la jornada mundial de la Juventud de este año, que se celebró a nivel diocesano, les dio siete consejos, a saber:

1.- “¡Levántate! No puedes quedarte tirado en el suelo sintiendo pena de ti mismo, ¡hay una misión que te espera!”

2.- “Levántate y testimonia tu experiencia de ciego que ha encontrado la luz, que ha visto el bien y la belleza de Dios en sí mismo, en los otros y en la comunión de la Iglesia que vence toda soledad”.

3.- “Levántate y testimonia el amor y el respeto que es posible instaurar en las relaciones humanas, en la vida familiar, en el diálogo entre padres e hijos, entre jóvenes y ancianos”.

4.- “Levántate y defiende la justicia social, la verdad, la honradez y los derechos humanos; a los perseguidos, a los pobres y los vulnerables, a los que no tienen voz en la sociedad y a los inmigrantes”.

5.- “Levántate y testimonia la nueva mirada que te hace ver la creación con ojos maravillados, que te hace reconocer la tierra como nuestra casa común y que te da el valor de defender la ecología integral”.

6.- “Levántate y testimonia que las existencias fracasadas pueden ser reconstruidas, que las personas que ya han muerto en el espíritu pueden resurgir, que las personas esclavas pueden volverse libres, que los corazones oprimidos por la tristeza pueden volver a encontrar la esperanza”.

7.- “¡Levántate y testimonia con alegría que Cristo vive! Difunde su mensaje de amor y salvación entre tus coetáneos, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en el mundo digital, en todas partes”.

En la Exhortación Apostólica ‘Cristo Vive’, capítulo IV, el Papa expone “tres grandes verdades que todos necesitamos escuchar siempre, una y otra vez”: La primera es: “Dios te ama. Nunca lo dudes, más allá de lo que te suceda en la vida. En cualquier circunstancia, eres infinitamente amado”. La segunda verdad es que “Cristo, por amor, se entregó hasta el final para salvarte”. Nunca olvides que «Él perdona setenta veces siete”. La tercera verdad consiste en que “Mataron al santo, al justo, al inocente, pero Él venció. El mal no tiene la última palabra. En tu vida el mal tampoco tendrá la última palabra, porque tu Amigo que te ama quiere triunfar en ti. Tu salvador vive”.  “El Espíritu Santo te hace entrar en el corazón de Cristo para que te llenes siempre más de su amor, de su luz y de su fuerza”.

Todos los textos bíblicos que han sido proclamados tienen como tema común y propio de este segundo domingo la preparación o conversión del corazón para recibir la acción salvadora de Dios que viene.

Se describe la eficacia de esta acción divina que puede trasformar nuestra situación de lágrimas y duelo en situación de alegría y cantos. Es lo que resaltan la primera lectura y el salmo. También San Pablo nos invita a la alegría y señala la acción continuada de Dios por Cristo a favor de los cristianos, a quien Él mismo prepara para el día final.

La esperanza en Dios, en su venida, despierta alegría y entusiasmo. Él puede cambiar lo que para nosotros es imposible. Él y sólo Él puede traernos la salvación. La esperanza del adviento radica en poner nuestra confianza en Dios, tan seguros de su amor misericordioso que, aunque vivimos en el "ya pero todavía no", nuestro corazón se llena de alegría.

La predicación de Juan Bautista nos precisa con claridad el objeto de nuestra esperanza: la salvación de Dios. El Señor viene a restaurarnos, a devolvernos la “Paz en la justicia” y la “Gloria en la piedad”, que anunciaba la primera lectura. Esto es lo que, ante todo, debemos creer y esperar.

El desafío de la fe consiste en creer en la acción de Dios, en su misericordia. La medida de esta fe será la medida de los frutos del adviento y de la navidad en nosotros, pues se obtiene de Dios cuanto de él se espera.

Querida Madre de los jóvenes, escucha sus clamores, dales la fuerza que necesitan para ir madurando el proyecto que Dios tiene asignado para cada uno de ellos, a fin de que estén capacitados con el don de profecía en medio de este mundo tan necesitado de Dios y de testigos de su amor misericordioso. Tú sabes cuánto, los jóvenes te necesitan para hacer que la Iglesia tenga siempre un rostro joven y servicial. ¡Madre, ayúdalos! Amén

¡¡¡Viva la Virgen del Valle!!!    ¡¡¡Viva San José!!!

Adviento Fiesta de la Virgen del Valle Iglesia Catolica Jovenes

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