Admitió que el cien por ciento de los abusos sexuales a niños se abordan en el hospital cuando no debería ser así y que hay una percepción subjetiva de que han aumentado y añadió que por un lado es un dato positivo en el sentido de que se puede asociar a un aumento de denuncias y negativo si se lo asocia con un aumento de casos.

Indicó que el trabajo no está siendo el óptimo que los casos requerirían y que en realidad el hospital debería estar abocado a la cuestión puramente asistencial y, si se quiere, de prevención y reconoció que si quien perita no es un ginecólogo pediatra podría favorecer al abusador.

Por otra parte expresó que "acá lamentablemente no se ha abierto una fiscalía de delitos sexuales y que interpreta que es por falta de voluntad.

Dijo que esta situación se ha agravado porque, argumentando cuestiones presupuestarias, han suspendido las guardias de ginecología infantil, lo que quiere decir que el niño llega y las pericias con fines legales las realizan profesionales que probablemente no tienen los conocimientos necesarios, lo que redunda en un perjuicio para el proceso judicial.

Por último sostuvo que tiene la percepción de que este tema no está siendo prioridad porque se está actuando de manera desprolija, lo que puede llevar a que se dictamine la inocencia del abusador y se termine revictimizando a los niños y apuntó que esto se soluciona si la Justicia toma la decisión de crear fiscalías específicas con personal especializado y no desmembrar los equipos especializados que pueda haber en los hospitales.