“Siempre educación aparece como un problema social o personal a partir del séptimo lugar en el ranking que tenemos como sociedad”, planteó en principio Perna. En ese sentido, indicó que “creo que hace falta un diagnóstico, que no significa repartir culpas, y por otro lado definir un rumbo. Tenemos que plantearnos qué sociedad queremos, para qué y cómo educamos. La pandemia ha patentizado la perdida de certeza y la crisis no es solo sanitaria, económica y social, hay crisis del propio modelo educativo que venía retrasando un cambio necesario”.

“UNICEF ha estimado que el 97% de los estudiantes de América Latina y el Caribe estuvieron privados de educación virtual desde el COVID-19 hasta diciembre del 2020.  Argentina perdió 111 días de clase de 180 que establece la legislación nacional. La conectividad se revelo casi como un derecho de intermediación de lujo para acceder a la educación”, subrayó.

El problema de conectividad afecta particularmente a todos los niños y niñas.  Señaló que en Argentina 1 de cada 5 estudiantes de primaria no tiene internet en su casa y que el 20% en primaria y 16% en secundaria, carecen de conexión.

“No son solo problemas educativos, si nosotros analizamos la educación como un compartimento aislado y no analizamos el impacto que tiene una sociedad formada en el mundo del mercado laboral, en el mundo del trabajo, en el mundo de la producción, de la riqueza, del crecimiento del PBI, estamos muy equivocados”.

Por ultimo expreso que “hay que comenzar a naturalizar la gramática escolar, un modelo educativo escolar de una determinada organización del tiempo del espacio basado en las formas de enseñar y relacionarse con el conocimiento. Temo que por querer salir de la crisis nos olvidemos de las condiciones con las que entramos en ellas. Le pediría al gobernador que piense en un nuevo modelo educativo, que convoque a quienes saben el tema de educación, como los docentes”.