Expresó que las infracciones de tránsito más comunes siguen siendo las mismas de siempre: mal estacionamiento, circular desatendiendo el manejo (usando el celular), sin casco, sin documentación, todas se reiteran a lo largo de los años y agregó que en sus casi diez años a cargo del juzgado las infracciones no han disminuido, al contrario, se han incrementado.

Indicó que la seguridad vial es un tema complejo, multidisciplinario y que la cantidad de vehículos circulantes continúa incrementándose y añadió que los fines de semana la mayor cantidad de infracciones tienen que ver con el consumo de alcohol, aunque más que la cantidad lo preocupante es la calidad, la gravedad de la infracción.

Aseguró que en un turno de un agente de tránsito, en su moto con la GoPro, puede llegar a labrar doscientas multas por mal estacionamiento y apuntó que los controles son más complejos los fines de semana, sobre todo a la noche, con un promedio de quince a treinta y cinco alcoholemias positivas.

Manifestó que la mayor cantidad de secuestros preventivos están relacionados con las de motos, por distintas infracciones y explicó que si el propietario no encuentra su vehículo cuando va a retirarlo de la comisaría o del corralón tiene que hacer la denuncia penal en la Unidad Judicial correspondiente y la responsable del vehículo es la municipalidad, sin importar quién fue el responsable del procedimiento.

Opinó que las infracciones son netamente una cuestión cultural y muy compleja y que lejos de ser una crónica diaria pasan a ser un problema crónico y remarcó que hay grupos de whatsapp para avisar dónde están los operativos de control y que la multa mínima por alcoholemia es de 8800 pesos y por negarse a realizarla es de 26000 pesos.