En épocas en donde una gran cantidad de votantes descreen de los políticos, hay actitudes y acciones que contribuyen a que este fenómeno de poco interés hacia la política se acentúe.

Ya se ha hablado mucho sobre ciertos modos de hacer política en los partidos tradicionales que cada vez son más reprobados como es la entrega de dádivas en tiempos electorales y que por suerte cada vez tienen menos incidencia en los resultados. Lo que llama la atención es que partidos nuevos tengan las mismas artimañas de los partidos más antiguos.

A nuestra redacción llegó de varias fuentes distintas la noticia de una discusión en el PRO que empezó por unas remeras que supuestamente compro el sector de la juventud y que sin pedir permiso empezaron a ser utilizadas por otro sector, entre el ida y vuelta de acusaciones que giraban entre el poco trabajo territorial de los compradores de remeras y la apropiación de recursos del otro grupo, se produjo una denuncia grave.

Cuando el intercambio de ideas iba subiendo de tono, una de las personas que era de las que más discutía lanzó una dura acusación, que estaba cansada de los que dirigen el partido y que sabía de subsidios entregados en la Cámara de Diputados donde se había falsificado la firma de los recibos y que de ese modo se habían desviado los fondos a otros fines desconocidos, perjudicando a personas de condición humilde.

En medio de las averiguaciones para chequear que esta acusación tenía fundamentos, se tomo conocimiento que hace 2 meses aproximadamente el diputado Enrique Cesarini había despedido a su secretaria y los motivos serian que esta mujer lo habría denunciado por maniobras irregulares y por acoso laboral, la denuncia la habría efectuado en una comisión que tiene el Pro en defensa de la mujer.

Cabe aclarar que el Diputado (PRO) involucrado en las maniobras pertenece al personal de planta del Tribunal de Cuentas de la provincia (licencia), además de ser abogado, autoridad del Consejo de la Magistratura de la Provincia y presidente del partido político. Sin lugar a dudas, cunde el mal ejemplo y tal vez otras cuestiones, más graves que deberían ser investigadas.

En definitiva y para desilusión de los que creen o están esperanzados en una nueva manera de hacer política este proceder de uno de los principales dirigentes del Pro que además tiene una responsabilidad legislativa y administra recursos públicos que están destinados a personas carenciadas les hacen un favor a los defensores de las viejas prácticas, porque en definitiva ganan los que intentan imponer la idea de que “somos todos lo mismo”.

Esperemos que las autoridades de la Cámara de Diputados actúen de oficio para iniciar una investigación sobre estos hechos, ya que hay documentación y testigos que pueden corroborar lo denunciado y en caso de corresponder efectúen la denuncia penal correspondiente.

Esperemos que se llegue a saber la verdad que contribuya para que los catamarqueños empiecen a creer en las instituciones, tomando como dato de que la Cámara de Diputados pertenece a unos de los poderes mas desprestigiados de nuestra democracia.