Mientras la Oficina de la Mujer del Poder Judicial de la Provincia de Catamarca trabaja en una campaña de “grullas”, instando a las distintas dependencias judiciales hacer estos personajes de papel, hay decenas de mujeres denunciando por violencia de género, y decenas de denuncias que no son ni siquiera leídas en las dependencias judiciales por falta de tiempo.

Resulta que los empleados judiciales ocupan su jornada laboral en hacer grullas, como si el tiempo acaso no fuera tirano, y las denuncias no se acumularan diariamente y quedaran cientos de ellas sin resolver.

Pero claro! Si se llega a las mil grullas la persona puede pedir un deseo, capaz que el deseo de muchas es simplemente QUE SE HAGA JUSTICIA.

Nada más prudente y nada tan obstinado como DEJEN DE MIRAR PARA OTRO LADO, dejen de hacer paros y ocúpense de las causas, dejen de hacer grullas y ocúpense de que por cada mujer violentada haya una investigación eficiente y una causa cerrada.

Parece un deseo utópico para muchas, pero la JUSTICIA es un derechos de todos.

Resulta que los empleados judiciales ocupan su jornada laboral en hacer grullas, como si el tiempo acaso no fuera tirano, y las denuncias no se acumularan diariamente y quedaran cientos de ellas sin resolver.

Pero claro! Si se llega a las mil grullas la persona puede pedir un deseo, capaz que el deseo de muchas es simplemente QUE SE HAGA JUSTICIA.

Nada más prudente y nada tan obstinado como DEJEN DE MIRAR PARA OTRO LADO, dejen de hacer paros y ocúpense de las causas, dejen de hacer grullas y ocúpense de que por cada mujer violentada haya una investigación eficiente y una causa cerrada.

Parece un deseo utópico para muchas, pero la JUSTICIA es un derechos de todos.