Tres pasajeros en moto, con beba de 1 año a bordo colisionaron con ciclista
Se sabe que esta prohibido por una Ordenanza municipal transitar más de dos personas en una motocicleta. También se sabe que está prohibido que los menores de 12 años circulen en éste tipo de vehículos. Ni los agentes de transito ni la policía ejercen el poder de policía en la ciudad Capital de San Fernando del Valle de Catamarca.
Como es publico y notorio, el actual intendente capitalino Raúl Jalil, que según algunos medios ya se prueba el saco de gobernador, ha sido incapaz de solucionar los graves problemas de transito que aquejan a la ciudad capital, en especial los relativos a la circulación de motocicletas, cuyos conductores infringen las leyes en forma reiterada y sostenida a lo largo del tiempo, que en éste caso es de 8 años. Dos mandatos y todo sigue igual o peor, y los muertos, mayores y más graves, menores se cuentan por centenares.
La crónica policial indica que una motocicleta y una bicicleta protagonizaron un siniestro vial en la Capital. El lunes en horas de la tarde de ayer, en la esquina de la Avenida Presidente Castillo y calle Emilio Castro, se produjo un siniestro vial. No cualquier siniestro, ya que en la motocicleta viajaba un nena de tan sólo un año de vida.
Ricardo Exequiel Avellaneda (19), circulaba en una motocicleta Corven Triax 150 cc., dominio A091XBO, de color negro, en compañía de Evelyn del Valle Avellaneda (20), y de una niña de 1 año de edad, y por causas que se tratan de establecer colisionó con una bicicleta Venzo, rodado N° 27,5, de color rojo, al mando de Fernando Alejandro Gordillo (28).
Producto del siniestro, los ocupantes de ambos rodados sufrieron lesiones que demandaron la asistencia del personal médico del SAME, por lo que en el lugar trabajaron efectivos de la Comisaría Tercera y Sumariantes de la Unidad Judicial N° 3.
Existe anomia social en la ciudad capital. Existe desorden. Las ordenanzas no se cumplen, el poder de policía de transito está ausente. Y las consecuencias están a la vista. Las autoridades no están preocupadas por proteger la vida de los ciudadanos, ni por organizar las reglas de la sana convivencia. No obstante, el intendente se considera en condiciones de gobernar la provincia aun cuando en su territorio no ha sabido solucionar elementales cuestiones de orden civil.
Resulta lamentable que ocurran estos episodios y que nadie se haga cargo de un flagelo que provoca cada año cientos de muertos mientras el Estado Municipal brilla por su ausencia, una ausencia dolora y cruel.
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