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Policiales

Testigos complicaron al chico acusado por el robo a “Las Grullas”

“Actuó muy violento el chico. Nos quedamos quietos. Fue demasiada violencia. Le pegaron un culatazo, salió un tiro, le volvieron a pegar. No había necesidad de eso. Por suerte, no pasó a mayores. Hoy podría estar declarando como viuda y mis hijas sin padre. Son jóvenes y me da pena”, expresó Lidia Granda Vicente, una de las testigos del robo a Las Grullas sucedido en julio del año pasado en la zona oeste de la Capital.

Uno de los imputados es Daniel Casas, un exempleado de este local gastronómico; el otro acusado, es un adolescente que al momento del violento hecho tenía 17 años. Casas fue imputado por el delito de “robo doblemente agravado por ser cometido por arma de fuego y por la participación de un menor de edad” y llegó a debate privado de la libertad; el chico fue imputado por el delito de “robo agravado por el uso de arma de fuego”.

Con este caso, en la sala de audiencia de la Cámara Penal de Tercera Nominación debutó la Cámara de Sentencia en lo Penal Juvenil. El Tribunal está integrado por los jueces Rodrigo Morabito, Fabricio Gershani Quesada y Jorge Palacios. El Ministerio Público Fiscal es representado por el fiscal Hugo Leandro Costilla. En tanto que el abogado Fernando Contreras defiende al adolescente y su colega Víctor García asesora a Casas.

En la primera audiencia, ambos acusados se abstuvieron de declarar sobre lo sucedido, como había sucedido en la etapa de investigación. Al margen, el adolescente comentó que “cada tanto” hace changas y que cursa los últimos años de la escuela secundaria en el turno noche. Casas contó que no solo cursó hasta 8vo. Año y que hasta el año pasado, estudiaba y trabajaba.

A su turno, el testigo Gonzalo Nicolás Rueda recordó que en la madrugada del 21 de julio del año pasado estaba cerrando el local Las Grullas cuando vio que dos personas llegaban en moto. En un primer momento, pensó que eran los cocineros que se habían olvidado algo. “Agarran a Julio, le pegan en la cabeza; se escapa un tiro y nos encerraron en el baño”, detalló.

También, contó que los asaltantes estaban con casco y no se les podía ver la cara. Mientras uno de ellos los encerraba en el baño, el otro se llevaba el botín: la caja registradora, dos tablets y un teléfono celular. “Los dos tenían armas de fuego”, aseguró sin poder identificar a las personas que habían ingresado al local gastronómico.

Lidia Granda Vicente recordó que esa noche no pudo identificar a ninguno de los dos asaltantes. Sin embargo, dijo que a su esposo le pegaron un culatazo. “No fue Daniel Casas, fue el chico”, enfatizó. También indicó que en el apuro de llevarse los elementos de valor, “agarraron el botiquín pensando que era la caja del dinero”.

La testigo relató que “el arma del chico era opaca. Vi que los dos venían armados pero no vi qué armas eran”. Además, comentó que Casas era un “comodín”, que trabajaba como ayudante en la cocina. “Lo llevé a mi casa a trabajar. El violento fue el otro chico”, aseguró.

Luego fue el turno de Julio Argentino Figueroa, quien también se encontraba en el local al momento del atraco. En la audiencia dijo que había reconocido a Casas porque era un empleado de su hija, la propietaria de Las Grullas. “Lo traté como a un hijo”, expresó.

Precisó que la cajera le había entregado el dinero de la recaudación. Luego, vio a los jóvenes que venían en una moto y uno de ellos empuñaba un arma de fuego. “Me puso el arma en el pecho. Retrocedí y me di vuelta. Me pegó un culatazo y salió un tiro. Me aturdió. Me siguió empujando y me dio otro culatazo más. El otro (muchacho) fue a la caja. Me dio otro culatazo más. Nos encerraron en el baño. Vi dos armas y se le escapó un tiro en el oído”, detalló.

La testigo Gabriela Lobo Terán estaba a cargo de la caja de “Las Grullas”. Esa noche había entregado el dinero a Figueroa y luego se fue al baño para prepararse para salir. En el momento en que salía del sanitario comenzó el atraco. Lobo Terán sabía que el dinero ya no estaba en la caja. Cuando las cuatro personas –Rueda, Granda Vicente, Figueroa y ella- fueron encerradas en el baño, le dijo a Figueroa que tirara el dinero en el basurero del baño.

“Faltaban las tablets, que se escondían bajo unos delantales. Metieron las manos para buscarlas, no los tiraron –a los delantales-. Fue sospechoso”, indicó la testigo. A la vez, consideró que había otros elementos de valor que podían llevarse pero “fueron a la caja y a la caja chica la confundieron con el botiquín”.

También recordó que la habían apuntado con un arma de fuego y que mientras ella y las otras tres personas estaban encerradas en el baño, golpeaban la puerta con fuerza “para hacernos sentir más miedo”. “En la filmación vi que ese chico nos empujaba al baño y que le pegó a Julio”, señaló.

Otro joven testigo, que al momento de lo sucedido tenía 17 años, dijo que esa madrugada se encontraba con amigos en la esquina de su casa, en la zona sur de la Capital. Recordó que el chico acusado le dio una caja registradora. A la vez, precisó que este chico y su acompañante habían llegado en una moto y estaban encapuchados. “Me dijeron que la tenga, que ya venían a buscarla”, contó.

El último testigo fue Pedro Jorge Olivares, cuñado de Daniel Casas, quien trabajaba como cocinero en “Las Grullas”. Contó que no pudo reconocer a nadie porque estaban con casco. Al mismo tiempo, expresó que lo habían sindicado como “el tercero de la banda”.

El debate pasó a un cuarto intermedio. Se estima que hoy se reanudará con la comparecencia de los últimos testigos y los posibles alegatos.

Hecho

El 21 de julio pasado, por la madrugada, dos jóvenes ingresaron al local gastronómico Las Grullas, en la zona alta de la ciudad. Mediante amenazas y armas de fuego amedrentaron a las personas que allí se encontraban. Se escuchó un disparo y uno de los dueños de este comercio resultó herido. En agosto, el juez de Control de Garantías Ramón Porfirio Acuña confirmó la detención para Casas, quien fue enviado al Servicio Penitenciario Provincial, en Miraflores, Capayán. Al chico le concedió la libertad aunque continuaba imputado; es decir, esperó el debate en libertad.

En abril, la Cámara Penal de Tercera Nominación, advertida de la vigencia de la Ley Provincial 5.544 de Régimen Penal Juvenil, resolvió declarar la incompetencia de este Tribunal y, a la vez, remitieron el expediente a la Cámara de Sentencia del Tribunal Penal Juvenil.

Juicio Las Grullas robo tstigos Violencia

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