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Opinión

Libertarios de Catamarca: ¡una bolsa de gatos!

Editorial

Los embates políticos de Javier Milei a lo largo y a lo ancho del país, exhiben los mismos métodos de todos los emergentes del sistema, auténticos comandos que aparecen en el escenario electoral cada vez que se avecina una elección presidencial, con recambio del tercio del Senado y la mitad de los diputados, los sueños de los frustrados vuelven a reflotar. Dicho de otro modo, aflora la “mano de obra desocupada”, que es algo así como los saldos y retazos de la oferta política de turno, que con el verborrágico economista vuelven a aparecer, para el trascendental acontecimiento electoral que se avecina.

Salen de todos lados, algunos nostálgicos que quieren volver a la buena vida, que alguna vez disfrutaron como holgazanes de los privilegios que otorga la casta, esa que el libertario tanto combate y otros que son meros contendientes aspiracionales, llamados a rellenar los casilleros de la felicidad, que tal como si fuera un bingo, por ahí tienen la suerte de llenar el cartón se produce el milagro. Un armado que tiene varios aspirantes a rasguñar algún cargo, pero que sin lugar a dudas será de nula representación en la provincia, por el escaso tiempo que queda, que además requiere algo que es más difícil de conseguir: una buena fiscalización.

A Javier Milei no le quedará otra, en muchas provincias, que aliarse a él frente opositor si quiere que le cuiden los votos, pocos o muchos o los que sean.

Algo similar a lo que en los picaditos de futbol del barrio se le decía rejuntado, cuando se armaban dos equipos con los que estaban ese día o con los que ocasionalmente pasaban por el lugar. Armar un partido político de la noche a la mañana en un país que no es muy liberal que digamos, permite observar la transformación de históricos radicales, peronistas, sindicalistas o panaderos, cualquier cosa con tal de anotarse y mojar el pancito en las dulzuras de la política. Todos futuros tránsfugas, porque liberal, que se diga liberal/liberal no hay ninguno.

El rejuntado armó equipo y todos se pusieron la casaca de “Los libertarios Catamarca” y ahí nomás rumbearon para Buenos Aires, donde atiende Dios y el diputado generoso, al evento de lanzamiento de Javier Milei y arrancaron mal. No se conocen entre ellos y ya se miran de reojo, porque el sello –de lograrse- valdrá oro y ellos lo saben.

Veamos el equipo: por un lado, fue Myriam Juárez que no pertenece a ningún partido de los que apoyan al economista y representa todo lo que el candidato a presidente combate enérgicamente, ya que la ex legisladora es una representante cabal de la casta política que desprecia Milei. Es sindicalista desde hace muchos años. Su partido se llamaba o se llama FE, pero mucha fe no le tiene porque ahora es “liberal”, digámoslo sin eufemismo, liberal de última hora. Para tener una idea cabal del origen político de Juárez hay que remitirse al Momo Venegas, ya fallecido y a Pablo Ansaloni, actual presidente del partido, cuyo custodio fue asesinado por un sicario hace unos meses, pues la presidencia a nivel nacional se discute a sangre y fuego. FE es algo así como el brazo político de la UATRE.

Otro caso sorprendente es la aparición de Javier Galán que es del partido libertario, con apoyo explícito del oficialismo jalilista, aunque a pesar de sus cercanías con el poder todavía no ha logrado el reconocimiento como partido político en la provincia de Catamarca, por parte de la Justicia Federal con competencia electoral. Quizás todavía no sepa cómo se gestiona el sello. Tendría que hacerse asesorar por algún puntero peronista. También participaron dirigentes de otros partidos que apoyan a Milei.

Es decir, una reunión vario pinta de los libertarios de Catamarca, una bolsa de gatos impredecible, con distintos partidos que apoyan al mismo candidato que no va a ser fácil confluir en el armado opositor ya que cada franquicia electoral querrá tener su representante, cuando está claro que el dueño de los votos no es ningún dirigente provincial sino el candidato a presidente. Una “mélange a la francesa”, una mezcolanza tipo la Nueva Fuerza en la década del 70, que seguro termina con todos a las patadas o tirándose de los pelos, por un adelantado que está convencido que puede ser presidente y mucho más ahora que siente el camino despejando.

Javier Milei Libertarios elecciones 2023 frente opositor

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