Cuando una moneda se deprecia, el primer impacto inmediato se da en el mercado cambiario. Por supuesto, en el mercado cambiario libre; no se ve en los cepos, donde se fija artificialmente el valor del dólar respecto al peso. Eso lo establece el Banco Central. En cambio, en los mercados libres sí se refleja, y lo mismo ocurre con todas las monedas.
Esa depreciación tarda entre 9 y 18 meses en impactar en el conjunto de los bienes y servicios a nivel consumidor. Sin embargo, donde repercute más rápido suele ser en los bienes, y eso se refleja también con mayor rapidez en el índice de precios mayoristas, porque justamente está compuesto mayormente por bienes.
Con el tiempo, recién empieza a verse reflejado más lentamente en el índice de precios al consumidor. Ese es, en parte, el proceso que estamos observando: vemos cómo se acelera la inflación en el índice de precios mayoristas y, ya en este mes de septiembre, nuestros relevamientos muestran que —aunque sea en décimas, quizás— también se está acelerando en el índice de precios al consumidor, que se ubicará en 2,5 % o un poco más.
También es cierto que no estamos esperando, por el grado de depreciación de la moneda que hemos tenido en el pasado, como la que se veía antes, del 2, 3, 5, 7, 10, 15 o 25 %. Pero sí esperamos que, en días o décimas, se produzca una aceleración inflacionaria en los próximos meses, reflejando esta pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda.
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