Javier Milei se presentó ayer ante los empresarios del círculo rojo en el Foro Llao Llao y explicó su plan de dolarización. Durante algo mas de media hora desarrolló conceptos económicos e hizo un repaso histórico del proceso inflacionario.

Tras su exposición, contesto preguntas de los empresarios presentes, y dejó algunos conceptos políticos. Además, volvió a ratificar que no se uniría a Juntos por el Cambio, pero aclaró que sí podría coincidir con Mauricio Macri y Patricia Bullrich en un nuevo espacio.

El diputado libertario sostuvo que es posible aplicar una dolarización, más allá de la falta de reservas y el exceso de pesos. Esa idea sumada a la de “prender fuego” el Banco Central (BCRA), son las dos decisiones que más generan incertidumbre entre el empresariado y los inversores.

Milei desarrolló aspectos sobre la hiperinflación y las dificultades que experimenta el país para revertirla. Durante una conferencia de prensa previa, defendió su plan de dolarización y desmintió “los errores técnicos que cometen los analistas” que advierten sobre el riesgo de su implementación: “dicen burradas”, en clara referencia a las declaraciones de Emanuel Álvarez Agis, quien afirmó que si Milei gana él no tendría la plata en el banco.

El economista reconoció que puede generar susto la dolarización, sobre todo a “la casta”, y a propósito, afirmó: “Los únicos que pierden con la dolarización, son los políticos que roban con el señoreaje, se acaba la estafa de la política y no creo que alguien esté a favor del robo, de la corrupción. Yo no estoy de acuerdo”.

Aseguró a su vez al auditorio que “no habrá costo social”, hizo una referencia histórica sobre la aplicación de programas de shock en la Argentina, los cuales fueron beneficios cada vez que se implementaron, ponderando el plan de convertibilidad como el más exitoso.

Entre las medidas que explicó Milei ante la consulta de los empresarios presentes, definió que empezará a tomarlas desde el “día uno” de su gestión, y que en caso de que el poder legislativo no apruebe el plan de dolarización, acudiría a una consulta popular para “que la gente decida si quiere una solución que termine de una vez con la inflación”.

Entre las posibles recetas que anunció el exprofesor de la UBA, dijo que reduciría en un 13% del PBI el gasto público eliminando obra pública, dejándola en manos de la iniciativa privada, reversionando el modelo chileno, quitando subsidios económicos y eliminando las transferencias discrecionales a las provincias.

Otro de los puntos donde dejó una definición polémica fue en el caso de las empresas del Estado, ya que consideró que hay que cerrarlas ya que son un mecanismo para repartir cajas en la política. Respecto de la eliminación de jubilaciones de privilegio, se mostró más cauto ya que ahí se entra en “una línea más complicada”.