En un partido de trámite mediocre, con un mejor primer tiempo en líneas generales, el seleccionado argentino de fútbol se impuso a Venezuela por dos tantos contra cero, alargando su historial de victorias y estadística favorable, convirtiéndose  en uno de los cuatro mejores de la Copa América que se disputa en Brasil.

Si bien es cierto que el conjunto argentino jugó mejor que contra Qatar y que a medida que progresa el torneo comienzan a aparecer algunas de sus principales figuras, todavía dejan mucho que desear, ya que en largos pasajes del segundo tiempo, el conjunto vinotinto le manejo la pelota a discreción y si no logro la paridad fue porque les falto profundidad en los últimos metros de la cancha, en la zona de fuego.

Venezuela dispuso de un mano a mano que fue resuelto muy bien por Franco Armani que despejó parcialmente un remate a quemarropa del delantero venezolano. Allí pudo cambiar la historia porque, reiteramos, el conjunto contrario tenía un claro dominio territorial sobre la selección argentina.

Para colmo de males, Messi sigue sin aparecer y el mismo reconoció que éste Copa América no le ha permitido mostrar su mejor versión. Cuando promediaba el segundo tiempo, el DT argentino metió varios cambios. El primer y más cuestionado fue el reemplazo del mejor jugador argentino del partido, el goleador Lautaro Martínez, que se retiró muy aplaudido por los 28.000 argentinos que asistieron al mítico Estadio  Maracaná de la capital Carioca, reemplazado por Ángel Di María, que de éste modo alcanzó su partido numero 10 con la camiseta celeste y blanca.

Cabe destacar que en el segundo tiempo el mismo Lautaro Martínez había estrellado un fortísimo remate en el palo del guardameta contrario. No fue gol de milagro. Finalmente el segundo gol y la tranquilidad llegaron por la presión argentina en la salida. Atoraron al equipo "vinotinto" hasta que le robaron la pelota. Los artífices de la jugada fueron Di María, El Kun Agüero, el arquero Fariñez que cometió un grosero error y Giovani Lo Celso que sólo frente al arco no perdonó.

Así, la selección Argentina, con un rendimiento mezquino se hizo acreedora del pase a la semifinales de un torneo que se caracteriza por la  notable escasez de público en las tribunas, como si el fútbol en Brasil hay pasado a un segundo plano y ya no sea lo que históricamente fue.

El martes es la cita con Brasil, o Argentina despega o se vuelve. Ya no hay más margen para el error o la excusa. Belo Horizonte, la cuna del Cruzeiro, será el nuevo destino de la Selección, ciudad en la que ya disputó el partido frente a Paraguay. *