Mardoqueo Molina,  fue un hombre de singulares características pocas veces vistas en nuestro territorio. Se destacó como ciudadano, empresario y hombre público de la segunda mitad del siglo XIX, llegando a recibir, cuando deja el cargo de gobernador de la provincia, un álbum notable, firmado por la ciudadanía y agradeciendo lo hecho por Catamarca.

Un muy curioso modo de ver a su provincia es porque concebía que el interior no debía soñar con venir a radicarse a la capital, sino  darle los medios para su desarrollo local, sea cual fuere la distancia de aquellos lugares con su capital. Del mismo modo pensaba que si desarrollaba un determinado espacio, debía contar con caminos acordes, para que las relaciones puedan hacer crecer a  cada uno de ellos.

Entonces, la expansión caminera fue uno de sus sueños realmente cumplidos. Una vez que lograba el lugar y sus accesos, la educación fue prioritaria en el accionar de Mardoqueo Molina, al punto que logró que se concretara el primer Censo Escolar de la provincia y tal cual como un Sarmiento vernáculo, la educación primaria estuvo en sus acciones más sostenidas. De allí a que Valle Viejo, Tinogasta, Paclín, Andalgalá y Belén, fuesen objeto de fundación de escuelas; fue un hacer sin solución de continuidad. La Capital tuvo el empuje de la creación de la escuela Normal Provincial de Maestros, hoy Universidad Nacional de Catamarca y también  dejó los cimientos de la Escuela  Normal de Niñas.

Dijimos que buscaba crear los espacios y así fue que surgieron las villas de La Merced en Paclín y, en el otro extremo del mapa, San Antonio de la Paz. Al crear el departamento de Santa Rosa, iba cristalizando el lugar, mientras se ocupaba de la educación y ciertamente, su otro objetivo de vida y puesto en práctica desde la política y luego como empresario: los caminos y la unión entre los pueblos.

La mejora notable de la Cuesta del Portezuelo,  todos los caminos carreteros que unían la Capital por ejemplo con , los departamentos del Oeste por la quebrada de La Cébila, más aquellos que unían diferentes localidades entre sí. Fue así, como surgió  el disparador que generó una vasta red caminera en el Este catamarqueño. El Alto, Lavalle y la muy importante Santa Rosa, se vieron unidas por el accionar de Mardoqueo y posiblemente, su profunda amistad con el mismísimo Fray Mamerto Esquiú, habrá sido motivo para generar las mejoras y caminos definitivos entre San José de Las Piedras Blancas y La Puerta.

Su obra soñada, La Cuesta del Totoral, en conjunción de esfuerzos con Adolfo E. Carranza y el ingeniero Carlos Werning. Esta es una muy apretada síntesis de algunas de las facetas que lo hacen inigualable a Mardoqueo Molina.

Así como se le entregó un álbum con firmas de los pobladores de Catamarca de aquel tiempo,  debiésemos entregarle a su memoria, un "álbum" con el reconocimiento de quienes hoy vivimos en esta tierra que él ayudó a crear.

Una de las decenas de cartas por la construcción de caminos

Traducción Parcial, de la carta del Ing. Carlos Werning a Mardoqueo Molina

"Cuesta del Totoral Nov 27 /1871

Señor Don Mardoqueo Molina Catamarca

Muy Señor Mío

Acabo de recibir su apreciable de fec. 26 del Cte, de cuyo contenido me he instruido.

En caso el ingeniero trae la suficiente autorización en esta no más sobre alguna de las líneas del camino, hay de opinión, que será conveniente vengan cuanto antes 20 a 25 peones para concluir más pronto con la sección Durazno Guacra… pero si al contrario el informe del ingeniero tuviera que ir primeramente al gobierno Nacional para que ahí se resuelva cuál de las dos líneas se ha de tomar, no ocurriendo inconvenientes imprevistos por medio me parece hay la suficiente gente para concluir hasta Guacra hasta que venga el contesto …

……………….

…Ruego a Usted se sirva mandarme en primera oportunidad una libra de azufre,…y el frasquito de zarzaparrilla.

Desde mi último aviso se han carneado cuatro vacas de las que trajo Romero y que han producido lo siguiente: 49…de carne y 9 a 11 de gambusia( sic).

Sin otro motivo por ahora me repito de Ud.

1. muy ato. SS. Carlos Werning

NOTA: Aporte técnico: Yanina Santillán.

CARTAS: Colección Alberto Lindor Ocampo